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Jerez

“Los candidatos de Ciudadanos aún están por debajo de la marca”

Entrevista a Juan Miguel Becerra, Doctor en Análisis y Pensamiento Político: “Aquellos alcaldes sin serios problemas domésticos han vuelto a ganar”

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  • Juan Miguel Becerra -

Juan Miguel Becerra es Doctor en Análisis y Pensamiento Político y está al frente de una de las empresas demoscópicas mejor valoradas del último año. En este entrevista analiza y repasa las citas electorales vividas en los últimos seis meses, así como los resultados deparados por las municipales en la provincia de Cádiz

“Después de la Iglesia, el PSOE es la mayor estructura del estado español”

¿Qué análisis general podemos hacer de los resultados del 26M en la provincia?

—Eran los esperados. Que el PSOE ganara en muchos municipios donde antes no había obtenido tan buenos resultados y que el PP no bajara tanto como se esperaba por parte de algunos analistas. Además, con carácter general los alcaldes que han tenido una gestión normalizada, sin grandes apuros, han salido beneficiados de este viento de cola económico que ha ayudado a las corporaciones locales a salir de los desfases económicos y a poder realizar inversiones. Ahí tenemos los ejemplos de las alcaldesas de San Fernando o de Jerez, de los alcaldes de Algeciras y Cádiz. Los alcaldes que han gobernado sin problemas domésticos importantes han vuelto a ganar y con bastante más apoyo.

¿Cómo se explica el fenómeno de Pedro Sánchez, que ha supuesto el empujón final para muchos candidatos socialistas?

—La marca PSOE tiene 140 años de historia. Pero además de su historia, con sus grandes victorias y sus grandes derrotas, es el partido con la mayor estructura del estado español, después de la Iglesia católica. Tener estructura es muy importante, y eso es algo que se demuestra en el caso de los partidos nuevos, caso de Ciudadanos, que nació con un impulso muy fuerte, pero que al carecer de la estructura necesaria no tiene el crecimiento que se le presupone, frente a un PP que sí tiene más estructura, tradición y representantes. El PSOE es un gran partido, y pese a que ya lo daban por muerto y hasta hablaban de la "pasokización del PSOE" por la influencia de Podemos, ha contado con la figura de Pedro Sánchez, que es la historia de un relato casi romántico. Una persona que salió del Congreso, siendo referente del partido, que aprovechó la situación de defenestración personal para blindarse en una serie de principios e ideales que una buena parte de la base de la militancia socialista compró... y se construyó un relato que ha ido creciendo y le ha llevado de salir de la cochera de la calle Ferraz apesadumbrado a llegar en coche oficial a Moncloa y gobernar este país. La historia de Pedro Sánchez es la historia de un relato que convenció a mucha gente, porque se consideró que se le maltrató políticamente mientras defendió sus ideales, y al final le ha dado la vuelta con una serie de circunstancias favorables, como una mala jugada por parte de Ciudadanos, que en lugar de ir a elecciones prefirió quedarse mirando y le hizo ganar una moción de censura. En definitiva ha ido ganando una serie de momentos estratégicos y que le han servido para llegar a Moncloa de una manera un tanto extraordinaria, hasta que en las pasadas elecciones ha sido capaz de convencer al electorado con un mensaje de modernidad, europeismo y de socialismo.

Hay dos casos excepcionales, La Línea y Barbate, ¿cómo se explican esas mayorías que se decían irrepetibles?

—El caso de La Línea es muy llamativo. Es el caso de un partido en torno a un candidato con una doble lectura: una buena gestión del alcalde y una falta de tensión electoral en los demás partidos, que han dado las circunstancias para lograr una mayoría casi total. Ha habido una debilidad muy palpable del PSOE, que ha pasado de 9 a 3 concejales, y ha dado rienda suelta al crecimiento exponencial de La Línea 100x100, unido a una baja participación. Cuando se dan estas mayorías suele ser por incomparecencia del adversario. Eso ha ocurrido también en Barbate: buena gestión e incomparecencia de la oposición. Los dos ganan gracias a su propia marca  peronal, sin olvidar que en las municipales pesa más el candidato que la marca del partido, aunque la marca sostiene y ayuda.

¿Cómo se explica la victoria de Kichi?

—Kichi ha construido una marca. Se ha convertido en el "Pachekichi" de Cádiz. Ha cogido la bandera del gaditanismo. Lo mismo sale con su madre detrás del Nazareno que con la camiseta del Cádiz en Carranza. Es puro gaditanismo. Ha tocado la fibra en todos los colores y ha sobrepasado las barreras mentales que tenemos en torno a la ideología. El enfrentamiento con Pablo Iglesias demuestran que él está por encima de la marca del partido y él mismo es una marca en sí. No se puede decir que la gente de Cádiz haya pasado de ser de derechas a ser de izquierdas, sino que ha ido valorando en cada momento, y como en otras ciudades con peculiaridades sociales e históricas, quien sepa coger bien esa bandera, tiene garantizado un ciclo alto de elecciones ganadas. El caso de Pedro Pacheco en Jerez y ahora el de "Pachekichi" en Cádiz.

“Kichi se ha convertido en el ‘Pachekichi’ de Cádiz. Ha cogido la bandera del gaditanismo. Él es la marca en sí”

¿Y el resultado del PP en Jerez, donde ha estado a punto de ganar un mes después de unos pésimos resultados en las generales?

—Antonio Saldaña no es alcalde ahora mismo por varias circunstancias, y no tanto por Vox, sino por Jerezanos. Tres de cada cuatro votantes de Jerez, por los datos que tengo, podrían ser votantes de Ciudadanos o votantes desencantados del PP. Si esas tres cuartas partes de votantes, unos 1.700 votantes de este partido, hubieran ido a votar a favor de Ciudadanos, la formación naranja podría haber alcanzado los cinco concejales, con lo que la mayoría estaría en el centro derecha y Antonio Saldaña sería hoy el candidato con más opciones de gobernar. Creo que a favor de él ha jugado que es un candidato con fuerza, muy fajado, con buen carácter político, y que además la candidatura de Ciudadanos tenía una debilidad muy fuerte, que era el escaso grado de conocimiento de su candidato la falta de punch del propio candidato. El PP se ha mantenido porque Ciudadanos en parte ha comparecido con un candidato débil desde el punto de vista de conocimiento y Saldaña ha hecho una buena campaña, sin olvidar que cuenta con muy buenos resortes en la ciudad, y eso permitirá que siempre pueda aspirar a ser primera o segunda fuerza en Jerez.

“Saldaña no es alcalde ahora mismo por los votantes desencantados del PP y Cs que han decidido votar por Jerezanos en Acción”

¿Por qué las municipales sigue siendo la asignatura pendiente de Cs?

—Ciudadanos ha tenido dos concejales y ha hecho un buen trabajo, porque han doblado el número de concejales, pero creo que tiene más que ver con la ola y con la marca que con la candidatura. Carlos Pérez es muy buen político pero tiene muchas debilidades, la primera de ellas es que se le conoce muy poco. La gente conoce más la marca que al candidato, y en el momento en que presentas a un candidato que está por debajo de la marca hay que descontar puntos. La prueba es que candidatos sin marca han arrasado en otras ciudades. No sólo en Jerez, en muchos sitios. Si ha sacado muy buenos resultados en las andaluzas y en las generales, ha de ser candidato a gobernar en las ciudades, y eso no es así. Si fuera así, Fran González sería el ganador en Cádiz o Mamen Sánchez habría sacado mejor resultado del que ha logrado.

“La gente conoce la marca, pero no al candidato, y si el candidato está por debajo de la marca hay que descontar puntos”

Vox tampoco ha vivido el auge que esperaba, pero en ciudades como Jerez sus votos estaban en zonas humildes...

—En algunas secciones de la zona sur. Su voto en las locales ha perdido la fuerza que tiene en otras elecciones, porque el marco de competencia se les cae. Sus principales argumentos decaen en unas municipales. Además tenía el problema de la falta de conocimiento de su candidato. Su respaldo en determinadas zonas tiene que ver con factores de carácter personal. Si analizamos los datos se dan una serie de correlaciones que no cambian. A menor renta censal, mayor voto socialista. A menor renta, menor participación. El PSOE ha ganado en las secciones con participación más baja. Esto es muy llamativo, porque se da la circunstancia de que el PSOE gana con un 35% menos de participación que en las del distrito 4 o 2.  Por otro lado, y con respecto a Vox, hay que reseñar que no ha logrado el concejal, y es algo que estoy presuponiendo, por el conflicto vivido a una semana de las elecciones con los miembros de la candidatura que decidieron renunciar. Aunque también es cierto que si hubieran logrado representación hubiese sido a costa de alguno de los otros partidos de  centro derecha.

¿Lo ocurrido en el último año entraba dentro de lo previsible o hemos tenido que desaprender cosas que dábamos por ciertas en la política? ¿Ha tenido que cambiar todo para que todo siga igual?

—Se han producido tres elecciones en apenas seis meses. Ya advertí en un artículo que después de la incomparecencia de los votantes de izquierda en las andaluzas, iba a haber una reacción que después se ha demostrado en el resto de España. Las andaluzas fueron una primera vuelta que sirvieron para movilizar al electorado de izquierda que pensaba que no iba a pasar nada. Esa pulsión al freno del voto de Vox hizo que la gente se lanzara a la calle y dotara a Pedro Sánchez de la mayoría cómoda que tiene ahora en el Congreso. Las elecciones de mayo son una tercera vuelta de las andaluzas, pero también una segunda vuelta de las generales, que era lo que nos llevó a predecir que los resultados del PSOE iban a ser buenos, pero que la gente ya iba a dar por descontada la movilización reactiva contra Vox. Los ciclos políticos demuestran que no hay ecuaciones matemáticas, y decir que como ha pasado esto va a pasar lo siguiente. Efectivamente, parece que todo se ha movido y todo sigue igual, pero ha habido cambios importantes. Cuando hay estabilidad económica, los ayuntamientos pueden gestionar mejor los asuntos locales y eso se tiene a compensar después en las urnas. En Jerez y otros sitios no ha habido pulsión de cambio y que se cuestione que el gobierno no es válido. Cuando no hay pulsión de cambio hay gatopardismo, volvemos a votar pero todo queda igual.

Podemos, desde su unión con IU ha ido en caída libre. ¿Qué ha pasado con aquello de ocupen los partidos pero no las plazas?

—Han pasado muchas cosas. Han demostrado que detrás de los ideales debe haber estructura y cierto orden. El asambleismo es ilusionante pero poco práctico. Después del 15M y surge el partido, imponen muchas líneas rojas sobre la forma de hacer política. El hecho de cambiar de marcas ha hecho que se pierda mucha base electoral. Han confundido a los propios votantes, que en muchos momentos no sabían dónde estaban sus candidatos. La situación de Madrid es paradójica, donde se han dividido en dos marcas. Cuando no hay estructura que ordene mensajes, líneas de actuación y las campañas electorales, se tiende a la anarquía y a la pérdida de visión de la realidad, y en el caso de la política es muy tozuda. Los dos grandes partidos tienen muchos claroscuros, pero detrás de ellos hay una enorme estructura y un orden de trabajo que ayudan muchísimo. PSOE y PP se presentan en todo el país con la misma marca. Podemos tiene 200 o 300 marcas, y tienen no sé cuántas asambleas, y gobernarán en cada sitio de una forma distinta, y el orden es fundamental en política.

Muchos ayuntamientos dependen de pactos complicados, ¿qué papel terminarán por jugar Cs y Vox? ¿Ve probable pactos a la andaluza?

—Creo que hay un cierto corsé en Andalucía  que tiene que ver con el tripartito de derechas. Y creo que ese corsé no lo romperá en Andalucía. Podrá hacerlo en otras autonomías, pero en Andalucía es complicado que  Ciudadanos defienda en el mismo plató que lo que vale para la Junta no vale para Jaén, por ejemplo. Se va a mantener esa obligación de acuerdos para echar al PSOE o garantizar un gobierno de centro  derecha. Sí es verdad que ha aclarado a nivel nacional una cuestión que no había aclarado hasta ahora: ya sí quiere estar en las instituciones. Está en modo gobierno y querrá entrar donde pueda dentro de sus posibilidades. En cada localidad con las marcas de Podemos habrá situaciones complejas, pero donde sumen mayorías los bloques esa matemática funcionará de forma homogénea. No hay ciudades donde se prevean acuerdos fuera de rango.

¿Se abre un nuevo periodo de estabilidad?

—No sé qué decirte. Los gobiernos municipales van a estar por ley cuatro años, y salvo alguna paradoja no habrá casos especiales. En el mercado de apuestas políticas hay pocos cambios posibles, pero si se produce podría ser en Andalucía, por la propia configuración del gobierno, aunque no ahora, sino a medio plazo. El Gobierno de España creo que será estable, con sus necesidades presupuestarias, pero va a haber cuatro años de estabilidad a nivel estatal.

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