Ya sé que me dirán que es una heterodoxia, porque comparar elecciones municipales con autonómicas es como equiparar peras y manzanas, pero siquiera como ejercicio de política-ficción no me resisto a extrapolar los resultados en Sevilla capital de las recientes elecciones autonómicas del 2 de diciembre al ámbito local y ver cómo podrían influir en las estrategias de cada partido pensando en las elecciones municipales de mayo.
Por mucho que traten de negarlo, los resultados de las andaluzas van a condicionar el panorama político sevillano, al igual que ya lo han hecho en el nacional obligando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el mismo que hacía poco decía que no quería marear a los españoles presentando un proyecto de Presupuestos para el que carecía de apoyo mayoritario, a anunciar su presentación en enero para aparecer como desmarcado de los independentistas catalanes si éstos los rechazan o para que se los aprueben por miedo a que la irrupción de Vox acabe devolviendo el Poder a la derecha.
Las recientes elecciones andaluzas tienen al menos el valor de haber sido un chequeo real al electorado a falta de cinco meses para las municipales de mayo, un lapso demasiado corto como para no preocuparse de si hay tiempo suficiente para cambiar el sentido del voto de los ciudadanos el pasado 2D. Y adquieren más valor porque esta verificación en las urnas ha arrojado un resultado que prácticamente ningún sondeo previó, salvo parcialmente los realizados el mismo día a pie de urna.
Nuevo invitado
Y esas elecciones han dejado la presencia en las instituciones de un nuevo partido político del que pocos dudan ha llegado para quedarse: Vox. Según revelan sus dirigentes, está recibiendo mil peticiones diarias de afiliación tras el éxito obtenido y el enorme eco amplificado, ahora sí, por los medios de comunicación. Por tanto, es prácticamente seguro que Vox también concurra a las elecciones municipales y trate de estar representado en el Ayuntamiento, una representación que en tal hipótesis sería en detrimento de alguno de los cinco partidos políticos que actualmente componen el Consistorio.
Recordemos que en las elecciones municipales de 2015 el PSOE obtuvo el 32,16% de los votos y once concejales; Participa Sevilla, el 9,01% y tres concejales, e Izquierda Unida, el 5,97% y dos ediles. En total, el bloque de la izquierda sumó 151.633 sufragios (el 47,17%) y 16 ediles de una corporación de 31, lo que permitió la investidura de Espadas, el candidato socialista, como alcalde.
Por su parte, el PP logró el 33,05% de los votos y 12 ediles; Ciudadanos, el 9,29% y tres ediles, y Vox, el 0,46% de los sufragios y ningún representante. En conjunto, el bloque de centro-derecha obtuvo un total de 137.704 sufragios (el 42,80%) y 15 concejales, insuficientes para que Zoido revalidara la Alcaldía como candidato del PP.
Un vuelco
Si extrapolamos los resultados de las autonómicas al escenario local, y los sevillanos, a falta de tan sólo cinco meses, votaran de forma similar en las elecciones municipales, se produciría un vuelco porque el bloque de centro-derecha sería en tal hipótesis el mayoritario, con un total de 167.384 votos (el 49,94%), y el de la izquierda quedaría en minoría al sumar en números redondos veinte mil votos menos: 147.742 (el 44,15%). La traducción en concejales sería la siguiente: PSOE, 9; Adelante Andalucía, 6. Total bloque de izquierda: 15. Por otra parte, Ciudadanos, 6; PP, 6; Vox, 4. Total bloque de centro-derecha: 16. La conclusión es obvia: un candidato de centro-derecha estaría en condiciones de arrebatar la Alcaldía a Espadas.
Tras los resultados de las elecciones andaluzas caben dos opciones: ignorarlos y pensar que no sirven de referencia para las municipales porque ni los candidatos ni los temas que se dilucidan son los mismos o, como ha hecho Pedro Sánchez, pensar que como han sido un termómetro que ha medido realmente la opinión de los votantes hay que ajustar estrategias por suponer un serio aviso de cara al futuro.
Situación de los bloques
En Sevilla, Ciudadanos ha superado en el bloque de centro-derecha al PP (18,80% frente al 18,70% de los votos), por lo que conforme a la doctrina de este último de que debe gobernar la lista más votada tendría que entregar la Alcaldía al candidato de la formación naranja, aún no designado, en vez de al suyo propio, Beltrán Pérez. Y es que el PP, aunque ha ganado en cinco distritos sevillanos (Bellavista-La Palmera, Casco Antiguo, Los Remedios, Nervión y Triana) y Ciudadanos en ninguno (ha quedado segundo en Bellavista-La Palmera, Nervión y San Pablo-Santa Justa), en el cómputo global éste supera al partido de la gaviota, mientras que Vox, cuyo mejor resultado es el segundo puesto en Los Remedios, irrumpiría en esta extrapolación con cuatro ediles en la Casa Grande merced al 12,36% de los votos.
En el bloque de la izquierda, que dejaría de ser el más votado y de tener el mayor número de ediles, la confluencia de IU y Podemos en Adelante Andalucía ha funcionado en Sevilla capital bastante mejor que en el resto de la región, ya que aquí pasa a ser el segundo partido, por delante de Ciudadanos y del PP, con casi el 19% de los sufragios, cinco puntos más de los que cosechó en las elecciones municipales de 2015, aunque todavía quedaría a más de 20.000 votos y de tres concejales del PSOE. Adelante Andalucía no gana en ningún distrito, sorprendentemente obtiene el peor resultado en Sur (gobernado por IU durante la coalición Torrijos/Monteseirín) y también en Bellavista-La Palmera, Los Remedios y Nervión, pero se alza con el segundo puesto en cinco distritos: Casco Antiguo, Cerro-Amate, Este-Alcosa-Torreblanca, Macarena y Norte.
El PSOE recuperaría el primer puesto entre los partidos de Sevilla capital, que tenía el PP de Zoido, pero sólo por perder bastantes menos votos que aquél, y aun así se habría dejado un 7% en el camino y dos de sus actuales ediles hasta quedarse en nueve, por lo que en tal hipótesis Espadas se quedaría sin opciones de ser reelegido alcalde.
Los barrios, claves
El PSOE ha ganado en las autonómicas en seis distritos (Cerro-Amate, Este-Alcosa-Torreblanca, Macarena, Norte, San Pablo-Santa Justa y Sur), pero sólo supera un tercio de los sufragios en tres de ellos, debido a la desmovilización de su electorado tradicional, que en buena parte ha preferido abstenerse por su desencanto con las políticas de Susana Díaz y de Pedro Sánchez. ¿Seguirá castigándolas en la persona de Espadas en las elecciones municipales de mayo? Esta es la gran incógnita a despejar, pero no olvidemos que ya el pasado mes de octubre miles de vecinos pertenecientes a la plataforma ‘Interdistritos Barrios Hartos’ se manifestaron hasta las puertas del Ayuntamiento en protesta contra lo que calificaban como olvidos municipales y por que Espadas gobierne, a su juicio, para la Sevilla turística del Centro y margine al resto de la ciudad.
Si Espadas no consigue en estos cinco meses cambiar esa percepción existente en los barrios, donde buena parte de los votantes tradicionales del PSOE han preferido abstenerse en las autonómicas o incluso darle un voto de castigo a Susana Díaz, tendrá comprometida su reelección.
De momento, esa apuesta por la “Sevilla consolidada”, como la llamaba Monteseirín para justificar allí el despilfarro de las Setas en vez de invertir el dinero en los barrios, o la “Sevilla turística”, de la que hablan en la periferia, no parece haber dado mucho resultado al PSOE, ya que en las elecciones andaluzas sólo obtuvo el 14% de los votos y quedó el último en el Casco Antiguo, por detrás de todos los demás, desde Adelante Andalucía hasta Vox.