Han pasado quince días desde que se hiciera efectiva la fractura interna del grupo municipal popular. Un pleno extraordinario para aprobar la modificación del IBI fue el escenario donde se materializó la división de los populares sanluqueños, tras varios meses de ausencia a los Plenos de tres de ellos: Carlos Zambrano, Concha Rosano y Juan Álvarez. Los tres pasaron a constituir el grupo de los no adscritos, protagonizando la primera escisión política de este mandato municipal. La decisión de pasarse al grupo de los no adscritos fue “algo precipitada” según apuntaron entonces, una salida para poder seguir ejerciendo su labor como representantes de los ciudadanos en el salón de plenos del Ayuntamiento de Sanlúcar.
Tras varios días de reflexión, en los que han ido poniendo los mimbres de su nueva forma de trabajo - a través de la creación de un grupo en la red social Facebook desde donde recogen las propuestas de los ciudadanos e interactúan con ellos - han dado a conocer los motivos por los que decidieron abandonar el Partido Popular.
“Desinformación, falta de comunicación e, incluso, aislamiento interno” dieron lugar a una “situación insostenible” que les condujo a acudor a los plenos “sin información alguna” por parte del grupo municipal al que pertenecían - el popular - ni ante las iniciativas presentadas, ni el sentido del voto, ni los puntos donde tomar la palabra, ni la defensa de sus mociones. Un “aislamiento” que, según han reconocido ahora a través de un comunicado hecho público este jueves “nos impedía tener ocasión de aportar nuestra visión y trabajo al respecto. “Nos abocaban al camino de oir, ver, callar y votar”, recogen en el escrito en el que denuncian la “falta de democracia interna y de respeto” en el seno del grupo municipal popular, cuya portavocía ostenta la también presidenta del PP de Sanlúcar, Ana Mestre.
Uno de los aspectos que han querido aclarar los tres ex concejales del Partido Popular es que “el problema no ha radicado en un comportamiento díscolo de nuestra parte como algunos quieren hacer creer, sino más bien en estar sometidos a un liderazgo oligárquico y excluyente”.
Los concejales no adscritos aseguran que, durante los últimos meses -dejaron de acudir a los plenos el pasado mes de abril - “hemos agotado todas las vías internas de solución posible”. Sostienen que solicitaron ayuda y que, en todo momento, manifestaron que acudirían al partido en busca de soluciones y ayudas que no trascendieran y lograran restablecer la normalidad. Unos intentos que habrían gestionado, en ocasiones, de manera “oficial” y otras, a través de miembros del partido “de confianza personal”.
La falta de respuesta y la inexistencia de diálogo derivaron, finalmente, en dar el paso a concejales no adscritos “único modo” en el que tanto Carlos Zambrano, como Juan Álvarez y Concha Rosano entienden que tienen “garantía de poder trabajar por nuestra ciudad, que al fin y al cabo es lo que esperaban los ciudadanos que nos votaron”.
Conscientes de que la decisión adoptada es “complicada”, los tres concejales aseguran que asumen su nuevo papel “con responsabilidad, sentido del deber y pensando siempre en representar como es debido a los ciudadanos que depositaron su voto en las urnas”. “Creemos en el desarrollo de la actividad política como una herramienta de cambio social, como punto de encuentro para que los ciudadanos se expresen de modo organizado con respecto a la manera en que entienden deben ser gobernados”, sostienen afirmando que continuarán de este modo “trabajando comprometidos por la ciudad”.
Candidaturas
Lo que no desvelan en el comunicado es su intención a largo plazo, es decir, si su escisión del grupo municipal popular derivará en el nacimiento de un nuevo partido político de cara a las próximas elecciones municipales, a celebrar en el 2019. Este fin de semana está previsto que el PP de a conocer el nombre del candidato que ostentará a la alcaldía de Sanlúcar en 2019.
