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Solo dos horas de colegio para un niño en Jimena por falta de monitor

USTEA denuncia el caso de un pequeño de tres años en San Pablo de Buceite con incontinencia renal crónica y reclama a la Junta un monitor a jornada completa

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  • El CEIP Cristo Rey -

El sindicato USTEA-Cádiz denuncia que un pequeño de tres años con insuficiencia renal crónica (IRC) no está escolarizado “en igualdad de derechos que el resto de sus compañeros”. La organización sindical, junto a sus familiares y el resto de la comunidad educativa del CEIP Cristo Rey, de San Pablo de Buceite, en Jimena, lamenta que la Junta de Andalucía le siga “tratando con desigualdad y discriminando a causa de su enfermedad”.

Este alumno de Educación Infantil tiene problemas renales desde su nacimiento. Al matricularse en el CEIP Cristo Rey sus padres expusieron su problemática y se reunieron en mayo del curso pasado con el equipo de orientación y el equipo médico del mismo. Tras estas reuniones se aprobó un dictamen en el que se exponía la escolarización favorable, con la necesidad de un monitor para los cuidados necesarios del niño, ya que, por su enfermedad, precisa de atención médica y de alimentación especiales. Todo estaba previsto con antelación para que este curso el pequeño pudiera comenzar sus clases con normalidad, pero no fue así.

“Ni es así ahora, casi tres meses después de haberse iniciado el curso escolar. Desde el CEIP Cristo Rey se han realizado todos los trámites pertinentes (llamadas y viajes a Delegación Provincial, Consejería de Educación, Departamentos de igualdad,…) para que este alumno esté normalmente escolarizado, pero la única respuesta obtenida por el centro y la familia ha sido “todo lo que estaba en su mano se ha hecho”, señalan.

Actualmente solo puede asistir al colegio durante dos horas, ya que la monitora que se le ha asignado tiene reconocido en su contrato únicamente esa franja horaria. El pequeño está bien integrado y feliz mientras está con sus compañeros, pero cuando tiene que abandonar su colegio entristece y llora, porque quiere seguir junto a los demás niños y niñas de su clase.

La tutora no puede atender ciertas necesidades de este niño ya que necesita tomar medicación cuando la precise, ir a un baño con acompañante para el que ha de subir escaleras, realizar tratamientos cuando los precise por su IRC, comer de forma especial, tener cuidado para que no golpeen su abdomen, etc.

“¿De qué sirve que la familia, el centro y los equipos médicos y de orientación realizasen su trabajo con tanta antelación previendo todo lo necesario para que este pequeño fuese escolarizado a principios de curso, como el resto de sus compañeros y compañeras? ¿Por qué este año decenas de centros siguen sin poder escolarizar con normalidad a niños y niñas en situaciones similares a la de este caso por falta de monitores y personal de apoyo al profesorado en el aula?”, se pregunta USTEA.

Hace unos días USTEA-CÁDIZ denunciaba el retraso en la publicación de la normativa de los PROA (Programas de Acompañamiento) y criticaba la ineptitud y falta de interés de la Consejería de Educación en todo lo relacionado con su política de inclusión, al realizar esos recortes encubiertos que suponen, en este caso, la disminución de las horas de atención directa de monitores y el retraso de la incorporación a las aulas de los mismos. Una vez más, los recortes recaen en el sector más débil y en quienes más necesitan los cuidados y el amor de toda la comunidad educativa para que puedan integrarse a ella con normalidad. Una vez más hemos de denunciar que esa política de la educación de “todos y todas y para todos y todas” es solo una frase sobre papel para esta Consejería sin escrúpulos.

USTEA-CÁDIZ, la familia de este niño y la Comunidad Educativa del CEIP Cristo Rey de Jimena denuncian la “falta de sensibilidad de la Consejería en materia de inclusión, así como la falta de planificación de sus necesidades en esta materia. ¿Política de Igualdad, Consejería de educación? ¿De verdad? Solo será real cuando este pequeño y todo el alumnado que precise alguna atención especial pueda comenzar el curso y asistir a sus clases como el resto de sus compañeras y compañeros. Por ello exigimos que, de una vez por todas, este pequeño cuente con su monitor todas las horas que sean necesarias para que pueda disfrutar de la educación a jornada completa y no en esas escasas dos horas. Es un derecho que ningún recorte le ha de
robar”.

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