Jóvenes matemáticos españoles han reivindicado el papel de las matemáticas "en todas las ciencias" y en sus aplicaciones al mundo real, y han criticado la situación general de la ciencia en España.
"En todas las ciencias las matemáticas tienen un sitio", ha defendido Ariadna Farrés, investigadora de 35 años y doctora en Matemática Aplicada por la Universidad de Barcelona.
"Está mal la cosa, estoy aquí porque en Barcelona este año no he conseguido estabilizarme", ha señalado a Europa Press la científica. Según afirma Farrés, "en España hay pocas plazas y hay poco dinero", lo que "obliga" a los jóvenes investigadores a "tenerse que buscarse la vida fuera" del país, algo que a juicio de la investigadora es una "lástima". "Hay gente muy buena y todo lo que ha invertido el Estado en nuestra educación, de alguna manera se pierde, porque acabamos trabajando en el extranjero", lamenta.
Actualmente, Farrés es investigadora visitante en el Goddard Space Flight Center de la NASA, donde trabaja en la misión WFIRTS y la modelización del efecto de la presión de radiación solar en la trayectoria de los satélites. Su campo de investigación son los sistemas dinámicos y la astrodinámica.
Farrés es una de las matemáticas que participará en el IV Congreso de Jóvenes Investigadores de la Real Sociedad Matemática Española, que se celebrará en la Facultat de Matemàtiques de la Universitat de València (UV), que se celebra del 4 al 8 de septiembre en Valencia. En este Congreso, unos 300 jóvenes matemáticos debatirán sobre el futuro de la investigación en este campo.
La tesis de Farrés se basa en el estudio del movimiento de velas solares. Se trata de un nuevo sistema de propulsión que esencialmente usa la presión de la radiación solar para acelerar un satélite.
Las velas solares son un instrumento a modo de "espejo" hecho de material reflectante que acompaña a un satélite, que hace que se refleje la luz solar de tal modo que esta "choca y rebota, hace de viento y hace que se acelere el satélite", explica. La idea de las velas solares surgió en los años 60 y sirven para "aprovechar el efecto de la presión de la radiación solar" con el objetivo de "navegar por el espacio", indica Farrés, que considera que esto tiene una "ventaja". "Podrías escaparte a largo tiempo más rápido del Sistema Solar para buscar los exoplanetas", propone Farrés.
"Si quieres visitar más de tres asteroides con un satélite convencional, no tienes suficiente combustible porque hay un momento en que se te acaba", explica la científica, al tiempo que añade que, con una vela solar, la "ventaja" es que al no necesitar combustible "sale a cuentas" mandar el satélite al espacio.
Farrés explica que ya se han realizado tres misiones de prueba de concepto (IKAROS de la agencia espacial japonesa JAXA; NanoSail de la NASA y LightSail de la Planetary Society) y que la NASA tiene prevista lanzar una de estas velas solares para visitar un asteroide.
MATEMÁTICAS CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Otra de las jóvenes matemáticas que participará en este encuentro es Carmen Rodrigo, personal docente investigador de 35 años en la Universidad de Zaragoza, cuyas quejas se centran en la "inestabilidad" de los investigadores que desean desarrollar su carrera en España por falta de plazas fijas, pero sobre todo, en la falta de financiación.
"Debido a todos los recortes es muy difícil obtener financiación para una tesis", subraya Rodrigo, que considera que la situación en estos momentos es "complicada". "Habría que tomar medidas en ese sentido, reactivar las inversiones en investigación para financiar proyectos para que, así, la gente se incorpore al sistema universitario y que la gente que se ha marchado tengan la posibilidad de poder volver", añade.
La actividad investigadora de Rodrigo se centra en el campo del análisis numérico y la simulación numérica, que juega un papel relevante en el estudio de numerosos procesos físicos, químicos y de otras áreas, ya que permite predecir comportamientos de determinados sistemas mecánicos, biológicos o económicos, entre otros, de forma menos costosa y no invasiva.
Lo que hace Rodrigo es crear modelos matemáticos que permitan "simular esos procesos de manera menos costosa", ya que los experimentos suelen resultar "caros", explica a Europa Press. En concreto, su investigación se centra en la simulación numérica de medios porosos deformables.
Estos modelos se encuentran presentes en multitud de aplicaciones en diferentes áreas de estudio y permiten estudiar problemas tan importantes como la controvertida técnica del 'fracking' o el modelado de diferentes tejidos biológicos y su aplicación, por ejemplo, al crecimiento de tumores. Pero también en cuestiones como el proceso de almacenamiento de CO2 en acuíferos salinos.
Una de las opciones que abogan por la sostenibilidad del medio ambiente es "atrapar el dióxido de carbono y almacenarlo en acuíferos salinos, bajo tierra, y ese proceso de inyectar el CO2 en lugares puede llevar a riesgos, a que se provoquen, por ejemplo, terremotos", relata Rodrigo.
Así explica cómo aplica su conocimiento matemático a este proceso: "Con las matemáticas sabes más o menos las condiciones del acuífero, y con el ordenador, tú puedes simular a qué presión, por ejemplo, o a qué lugar tienes que inyectar específicamente el CO2 para que no haya fugas o no haya presiones muy fuertes que puedan provocar problemas".
"Es una ayuda, las matemáticas es una herramienta que la sociedad tiene para intentar trabajar en contra del cambio climático, pero también para la medicina", defiende la investigadora.
Otros de los matemáticos que participarán en el Congreso son Roger Casals, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que el año pasado obtuvo los premios Rubio de Francia y Vicent Caselles; Marc Masdeu, de la Universidad Autónoma de Barcelona y experto en curvas elípticas y criptografía; Elisa Lorenzo, cuya investigación se centra en buena medida en la faceta computacional y algorítmica; o Pedro Caro, del Basque Center for Appiled Mathematics, cuyo trabajo se centra en cómo las derivadas parciales pueden aplicarse al ámbito de la salud.