El ambiente que se respira en cuartos es sin duda diferente, la sorpresa queda reducida al mínimo, pero se suple con nuevas apuestas y buenas coplas que ofrecer. Así fue en el comienzo de un nuevo corte que dejó momentos que encendieron al Falla.
Un placer el poderlos oír por segunda vez y recrearte con detalles que pasaron desapercibidos. Como no podía ser de otra manera, el Teatro reconoció en su preámbulo de la sesión al inventor del ‘Cai’ a José Payán, ‘El Pillo’, en uno de las esquinas del Gallinero. Buen detalle a buen seguro.
Con ese aliciente, la noche resultó ser más gaditana que nunca en cuanto a su excelencia se refiere. OBDC, de la mano de Germán, deja una pluma sobre las tablas de extremos. Espada y poesía se dan la mano con una crítica feroz a Antonio Burgos y su posterior reverencia al Nazareno de Cádiz, que marcan el sello del ‘indomable’.
Las expectativas ante este grupo joven se ven completadas con el aplauso de un público que busca la consagración definitiva de la comparsa. Otro que van bien este año de ‘La azotea’ son los hermanos Carapapa que gustaron mucho más que en preliminares.
En chirigota, el Canijo endulzó la sesión con las chuches, como también con ‘Los pastelitos, que dejaron el buen sabor de la noche.
