"De toitas las noches” y de todos los carnavales, siempre, desde el comienzo, el sentimiento entorno a un grupo. Los Majaras volvieron al lugar de su nacimiento, a su cuna y esencia de su existencia y sentido. Por siempre.
Si hay un grupo que ha vivido al margen de premios y de modas, más allá de fobias y con un estilo tan característicos que casi no importó de qué llegaran. Y es que el principio y el final de todo el gran invento carnavalero encuentra en ellos el significado auténtico por ser parte integrante y destacada.
La espera mereció la pena para encontrar al pregonero encima de las tablas y pregonar su comparsa. Las expectativas se cumplieron en parte. Inédito e histórico. Qué mejor que Los Majaras para certificarlo. Pocos tipos le faltaban ya. Con el que se marcó resultó ser cuanto menos atrevido y abierto a comentarios varios para no dejar a nadie indiferente. Como la chirigota de
José Mari Barranco con sus sones más viñeros y más clásico. Un autor que demuestra su versatilidad este año con varias participaciones en varias agrupaciones. ‘La brillante’, comparsa gaditana, deja un buen sabor de boca por su repertorio completo.
Puso el cierre la chirigota del Sheriff y sus karatekas que mostraron su ritmo más chirigotero y burlón.