La Audiencia de Sevilla ha condenado a 10 años y medio de cárcel a José Gómez Ortiz por matar a su tía de 42 puñaladas porque la culpaba de la muerte de su perro, pena que deberá cumplir en un centro psiquiátrico por la esquizofrenia paranoide que sufre.
Tras el veredicto de culpabilidad del jurado, la Audiencia ha fijado la condena en la petición que le hizo la Fiscalía, y ha calificado lo ocurrido el 7 de mayo de 2015 como un asesinato con alevosía y ensañamiento, con la eximente incompleta de anomalía o alteración psíquica, debido a su enfermedad mental.
El perro murió porque fue atropellado por un coche y el veterinario lo sacrificó debido a las heridas que sufría, lo que el acusado consideró que era culpa de su tía, que fue la que le acompañó y pagó la consulta.
La sentencia también le condena a pagar 200.000 euros al marido, hija y tres hermanos de la víctima, a la que agredió en su taller de cerámica de la barriada San Diego de Sevilla.
Además, la Audiencia condena a un año y medio de cárcel a la hermana de la asesinada, Benita G.S., por no avisar de las intenciones de su sobrino, lo que considera un delito de omisión del deber de impedir delitos o promover su persecución con la agravante de parentesco, ha informado a Efe su abogado.
El ataque mortal se produjo, añade la sentencia, con "el ánimo perverso e inhumano de aumentar el dolor de la víctima", a la que agredió por todo el cuerpo con su navaja de 10 centímetros de forma sorpresiva y sin capacidad de reacción de la agredida.
Parte de la agresión fue captada por una cámara de seguridad, imágenes que se vieron durante el juicio y en las que ve que el condenado entra al taller.
Poco después, su tía intenta huir, pero no puede porque ya ha sido apuñalada y además el acusado se sube encima y le sigue atacando hasta que la mata en el descansillo, tras lo cual huye ante la presencia de dos vecinos que entran en el portal.
El fiscal rebajó su petición inicial de 15 años de prisión a diez años y medio porque el acusado reconoció en el juicio los hechos, una colaboración que, según dijo, hizo "más fácil" la vista oral.
El acusado, en el juicio, aseguró que su familia "no es normal" y está en crisis, lo que afecta a sus tíos y abuelos.
