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Tener estudios aumenta mejora la calidad de vida y da oportunidades

Según el análisis realizado por el el nuevo Observatorio Social de La Caixa.

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Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria ”la Caixa”; Jordi Portabella, director del Área de Investigación y Conocimiento de la Fundación Bancaria ”la Caixa”; Miguel Requena, catedrático de Sociología de la UNED, y Anna Villarroya, profesora de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, han presentado esta mañana en CaixaForum Madrid el nuevo Observatorio Social de ”la Caixa”.

La nueva iniciativa de la Obra Social ”la Caixa” para el estudio de los nuevos fenómenos sociales y su repercusión dispondrá de una web (observatoriosociallacaixa.org) actualizada constantemente con nuevos contenidos interactivos, así como un dosier monotemático cuatrimestral sobre una de sus diferentes líneas de trabajo: inclusión social, educación, ciencia y cultura. En ambos soportes, el Observatorio Social de ”la Caixa” se nutrirá de un barómetro de indicadores clave sobre temas de interés social en los países miembros de la Unión Europea y la OCDE, además de artículos, entrevistas y reseñas encabezadas por expertos.

En palabras del director general de la Fundación Bancaria ”la Caixa”, Jaume Giró: «El Observatorio Social de ”la Caixa” será la brújula que nos guiará para dar respuesta a los grandes retos que se plantean en cuatro puntos cardinales: inclusión social, educación, ciencia y cultura. A través de un diagnóstico preciso de la realidad, queremos anticiparnos a aquellas corrientes sociales que se vislumbran en el horizonte, a veces escondidas tras un alud de datos que sólo los expertos son capaces de desgranar. Corrientes, sin duda, que determinarán nuestro futuro».


En el primer dosier, La educación como instrumento para la movilidad social, se analizan indicadores generales como el nivel de desarrollo económico, la desigualdad en la distribución de la renta, el número de personas en riesgo de pobreza, el desempleo o la tasa de abandono prematuro de la educación y la formación, entre otros.

Precisamente, el barómetro profundiza en los factores clave para conocer la situación de la educación en España. El estudio compara la distribución de los niveles educativos entre Estados Unidos y España, analiza la asistencia a educación infantil en países de la Unión Europea, la presencia de inmigrantes en las aulas y su rendimiento en comparación con los alumnos autóctonos, la diferencia de ingresos medios según el nivel educativo o la afectación de la crisis por sexos.

El ascensor social

El primer artículo del Observatorio Social de ”la Caixa”, elaborado por Miguel Requena, catedrático de Sociología de la UNED, analiza hasta qué punto una mejor educación ayuda a ascender o mantenerse en la posición socioeconómica. El presente estudio combate con datos la imagen extendida en los últimos años, debido a la crisis económica, de que la educación ya no es una herramienta tan efectiva para el progreso de las personas.

El autor pone de manifiesto cómo los títulos educativos siguen siendo una vía de mejora de la posición social, ya que aumentan las probabilidades de ascender a posiciones sociales altas, merman las de descender en la escala social y reducen el riesgo de caer en el desempleo.

La escalera educativa a la promoción social

La Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) dispuso en 2011 de un módulo dedicado a la transmisión intergeneracional de la pobreza, donde se miden las probabilidades de acceder a las clases de profesionales y directivos según la clase de origen y el nivel educativo.

Entre los que proceden de los orígenes sociales más bajos, los universitarios tienen 14 veces más probabilidades de acceder a las clases profesionales y directivas que quienes no completaron la educación secundaria. Los universitarios hijos de padres de clases intermedias, tres veces más, mientras los universitarios de padres con ocupaciones profesionales y directivas, tienen el doble de probabilidades de mantenerse en su clase de origen que los que tienen unos estudios inferiores a secundaria.

El estudio revela, por lo tanto, que la ventaja que otorgan los títulos educativos es mayor cuanto más baja es la posición social de partida, por lo que el logro educativo es la vía más segura para eludir la desigualdad de oportunidades derivada del origen social.

Formarse para evitar el descenso social

Asimismo, el riesgo de descenso social de las clases trabajadoras está en relación inversa a la titulación. En esta clase social se mantienen inmóviles seis de cada diez individuos sin secundaria, frente al 52 % de los que tienen secundaria y el 17 % de los titulados superiores.

En las clases intermedias, los individuos tienen muchas menos probabilidades de acabar en las clases trabajadoras si tienen educación universitaria (11 %) que si tienen secundaria (49 %) o inferior a secundaria (66 %).

Finalmente, en las clases profesionales, una tercera parte de quienes no alcanzaron la secundaria pasó a formar parte de las clases trabajadoras. Este descenso se produjo sólo en el 8 % de los individuos de los mismos orígenes profesionales y directivos que contaban con título universitario.

Educación y desempleo

El informe concluye que la educación también protege del descenso social porque defiende del desempleo, como apunta la Encuesta de Población Activa (EPA), donde los datos señalan que, a mayor nivel educativo, menor probabilidad de caer en el paro y viceversa. Además, como destaca el estudio, esto funciona no sólo en periodos de crecimiento y bonanza económica sino también en recesión.

Del mismo modo, protege por igual a hombres y mujeres, y en todas las franjas de edad. A pesar de que las tasas de desempleo son más altas entre las mujeres y que la tasa de paro juvenil dobla la del conjunto de la población, si se consideran hombres y mujeres por separado, y se examina lo que ocurre en los mismos tramos de edad, las tasas de desempleo son menores en España cuanto mayor es el nivel educativo alcanzado.

Según el autor del estudio, Miguel Requena, «todavía no disponemos de los datos, así que lo que suceda en el futuro sólo puede ser objeto de conjetura. Pero si el cambio ocupacional continúa generando puestos de trabajo de profesionales, directivos y técnicos superiores, el futuro de la educación como palanca para el ascenso social está asegurado».

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