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El arte de plantar en un balcón

Convertir un balcón en un huerto productivo es una opción que va ganando adeptos en la capital, pero no al ritmo que desean desde el Grupo de Ecología Activa (G

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  • Huerto urbano. -

Convertir un balcón en un huerto productivo es una opción que va ganando adeptos en la capital, pero no al ritmo que desean desde el Grupo de Ecología Activa (GEA), que ha promovido desde los últimos cinco años talleres para promocionar la plantación y concienciar sobre la necesidad de aumentar las plantas verdes en la ciudad.

Las ventajas son múltiples, tanto para el paladar como para aspectos más personales. Y es que cuidar un huerto contagia  tranquilidad y exige mimo a un balcón en el que se siembra para llevar alimentos a la mesa y degustarlos en buena compañía.

El presidente de GEA-Jaén, Manuel Ruiz, confirma que un huerto en un balcón permite el cultivo de alrededor de 20 hortalizas a lo largo del año.
Ahora es tiempo de ver crecer tomates, pepinos, pimientos, judías, lechugas y berenjenas, entre otras verduras. En el otoño y el invierno, los balcones se pueden llenar de habas, acelgas y coliflores.

La cosecha será fructífera con un recipiente adecuado y un buen drenaje. El riego tiene que ser “mucho más frecuente” que si se cultiva en el campo. 

La ubicación de la jardinera es clave, pues para que den frutos las plantas tendrán que tener un mínimo de cinco horas de luz, si son cultivos de invierno, y estar a pleno sol durante todo el día si son de verano.

“Un huerto en el balcón exige de nuestro tiempo. Lo que puede ser un sacrificio se convierte a la vez en una actividad que alivia el estrés diario. Es muy gratificante porque no deja de ser una ocupación para nuestro ocio y uno se siente muy bien cuando ve la evolución de la semilla plantada”, asegura el presidente de GEA-Jaén.

El rendimiento económico no permite al propietario prescindir de la cesta de la compra, pero se pueden producir alimentos para la elaboración de varios platos. “Tomar una ensalada de lechuga y tomate cultivados por uno mismo o un revuelto de habas sabe mejor porque es agricultura ecológica”, confirma Ruiz, que anima a plantar en balcones porque de esta manera “seguirán creciendo plantas verdes en la ciudad, que son muy necesarias”.

Para los pequeños de la casa ver crecer alimentos en el balcón es “una experiencia mágica”, y para los escolares “una lección de Ciencias Naturales”, reconoce Manuel Ruiz.

La participación en los talleres de GEA ha sido siempre alta, sin embargo, las nuevas generaciones “no saben cultivar”, por lo que animan a plantar hortalizas para llenar de vida los balcones, apreciar el trabajo del hortelano y llenar de sabores la mesa.

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