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Djokovic y su acierto en los momentos clave pudieron con el eterno Federer

Djokovic hizo valer su acierto en los puntos clave y que logró su décimo Grand Slam

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  • Djokovic -

La nueva juventud que vive a los 34 años no le bastó al final a Roger Federer para llevarse el Abierto de Estados Unidos, donde cayó ante un Novak Djokovic que hizo valer su acierto en los puntos clave y que logró su décimo Grand Slam.

Federer llegaba al encuentro en estado de gracia. Tras derrotar a Djokovic en Cincinnati, el suizo se había paseado en Nueva York, sin ceder un sólo set y despachando rivales por la vía rápida.

Pero en la final se encontró con un muro. Djokovic comenzó el partido mejor, muy sólido desde el fondo de la pista, devolviéndolo todo e impidiendo a su rival desarrollar el juego agresivo con el que había maravillado en las dos semanas anteriores.

Sin embargo, Federer fue capaz de reponerse y comenzó a dictar ese ritmo de juego que tanto le gusta en su última reencarnación: saque potente, puntos cortos, mucho riesgo.

¿Qué le faltó para ganar? Principalmente acertar en los momentos clave.

El suizo dispuso de 23 bolas de break a lo largo del partido, pero sólo fue capaz de ganar 4 de ellas, mientras que Djokovic aprovechó 6 de las 13 que tuvo.

"Tuve demasiadas oportunidades de romper el servicio, en algunas podría haberlo hecho mejor", reconoció Federer tras el encuentro.

Esa tónica se repitió hasta el último set, en el que tras remontar un 5-2 en contra, dispuso de dos bolas de break para igualar a cinco, pero no fue capaz de definir.

Con su agresivo estilo de juego, Federer logró 11 aces y 56 golpes ganadores frente a los 35 de su rival, pero también cometió 54 errores no forzados frente a los 37 del serbio.

Djokovic, por su parte, supo mantener la cabeza fría a pesar de que los elementos jugaron en su contra, pues tuvo a la gran mayoría del ruidoso público neoyorquino en contra y sufrió un resbalón al comienzo del partido que le dejó varias heridas.

Frente a esas dificultades, el número uno del mundo jugó un tenis de lo más sólido y terminó por imponerse al que definió como "probablemente el mejor jugador de la historia".

Djokovic aseguró que, a sus 34 años, Federer "sigue mejorando", pero volvió a demostrar que si hay alguien capaz de hacerle frente, ese es él.

Con su victoria de hoy, el serbio logró igualar a 21 el balance en sus enfrentamientos con Federer, en la que ya se ha convertido en una de las mayores rivalidades de la historia del tenis.

Una rivalidad que por el momento continuará, pues el que fuera número uno del mundo ha dejado claro que se encuentra perfectamente y que continuará dando guerra.

"Estoy haciendo un buen año, jugando un buen tenis. Estoy contento con mi nivel. Soy capaz de ser muy consistente", dijo Federer tras la final.

Djokovic, por su parte, está completando un año espectacular, con 2011 el mejor de su carrera, y ha sido capaz de alcanzar las finales de los cuatro Grand Slams, imponiéndose en tres de ellas.

"Ha sido una temporada increíble", dijo el serbio, que aseguró haber tenido unos resultados mejores de lo que podría haber soñado.

Si el torneo masculino de Nueva York siguió a grandes rasgos el guión esperado y deparó la final perfecta, la historia fue muy diferente en el femenino.

Con todo preparado para el gran momento de Serena Williams -que buscaba completar en su país el Grand Slam tras ganar en Australia, Roland Garros y Wimbledon- la fiesta fue al final para el tenis italiano.

Roberta Vinci (número 43 del mundo), que dio el campanazo eliminando en semifinales a la menor de las Williams, se enfrentó por el título con su compatriota y amiga Flavia Pennetta (número 26), que se impuso en una de las finales más inesperadas de la historia.

Para rematar las sorpresas, la veterana Pennetta anunció su retirada a final de temporada sobre la pista central de Flushing Meadows, donde logró poner un broche de oro a su carrera.

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