Este es el Sevilla con el que viene soñando Monchi desde que finalizara la pasada temporada. Un plantel muy equilibrado, con un mínimo de dos futbolistas de garantías por cada puesto y con mayor presencia física en diversas parcelas.
Es el Sevilla de la Liga de Campeones, del que como era de prever no se esperaban grandes nombres, aunque sí grandes jugadores. Pero desmigando la que sería la pizarra en la que Monchi viene trabajando desde hace varios meses, siempre con el consentimiento del técnico Unai Emery, comprobamos que en la portería es quizás donde más dudas aún persistan. No simplemente por las últimas y polémicas declaraciones de Beto sobre su futuro, sino porque el propio entrenador entiende que es una posición a mejorar. No obstante, lo lógico a estas alturas es confiar y mantener a la pareja Beto-Sergio Rico para luchar por un puesto, con la incursión de David Soria, meta canterano, como tercer portero y que vendría a suplir a uno de los nueve descartes veraniegos, a Mariano Barbosa.
En el eje de la defensa, la llegada de Rami mejora considerablemente el nivel de los centrales tras el adiós de Arribas y en las bandas, tras las salidas de Fernando Navarro y Diogo se esperan otros dos. Uno que ya llegó, Escudero, y otro en el que aún se debe trabajar como es Mauricio Isla.
En la parcela ancha es donde más movimientos se han venido dando en estas semanas de mercado. M’Bia, Aleix Vidal y Deulofeu se fueron, pero han llegado Krohn-Dehli, Gael Kakuta, Konoplyanka y ahora Steven N’Zonzi. No obstante, el Sevilla aún no las tiene todas consigo en el caso de Vitolo, del que sigue muy atento el Atlético de Madrid.
Por último, la zona ofensiva, sin Iago Aspas ni Bacca, Monchi la quiere reforzar con un jugador contrastado y con olfato goleador, Ciro Immobile, y con otro más polivalente como sería Ben Yedder. Además, es intención darle un sitio al canterano Juan Muñoz.