El Juzgado de Instrucción 4 de Granada, encargado de la investigación de los supuestos abusos sexuales de sacerdotes contra menores, ha acordado prorrogar un mes más el secreto de sumario decretado en este caso, según han informado hoy a Efe fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
El secreto de sumario prorrogado fue acordado justo hace justo un mes, el pasado 3 de noviembre, por el titular del referido Juzgado, Antonio Moreno, quien investiga en esta causa a una docena de personas, entre los tres sacerdotes y el profesor de Religión detenidos la semana pasada y que quedaron en libertad con cargos.
En su último pronunciamiento público el fiscal encargado de este caso, Francisco Hernández, recordó que el secreto acordado tras la petición expresa del propio Ministerio Público tiene el objetivo de proteger a las posibles víctimas y garantizar la efectividad del proceso.
El fiscal llegó a advertir incluso que las líneas de investigación se podían ver "comprometidas" en el caso de que se siguieran publicando ciertos detalles de la causa.
El juez instructor también aceptó la semana pasada la personación como acusación particular del joven de 24 años que, con su denuncia, motivó la investigación de los supuestos abusos sexuales a menores por parte un grupo de sacerdotes de la Archidiócesis de Granada.
No obstante, mientras que las actuaciones se mantengan bajo secreto de sumario el juez no podrá darle traslado al denunciante ni a su abogado de cualquier diligencia que practique.
Por su parte, tanto la Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad como la Asociación Proderechos del Niño Prodeni también han anunciado su intención de personarse en la causa como acusaciones populares.
Los cuatro detenidos por este caso quedaron, hace hoy justo una semana, en libertad con cargos tras prestar declaración ante el juez, que solo a uno de ellos, el padre Román, supuesto cabecilla del grupo, impuso prisión eludible bajo fianza de 10.000 euros que el cura abonó de inmediato, lo que permitió su puesta en libertad.
El juez instructor apreció como "particularmente degradante y vejatorio" el carácter de las conductas del padre Román hacia el primer denunciante de los hechos.
La investigación judicial arrancó a mediados de octubre, cuando el joven interpuso una denuncia en la Fiscalía después de haberla dirigido al Arzobispado de Granada y posteriormente por carta al papa Francisco, que llegó a pedirle perdón en nombre de la Iglesia a través de una llamada telefónica.
