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Sevilla

Condenado a dos años de cárcel por abusar sexualmente de una menor de 12 años

En Camas

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La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a dos años de cárcel a un hombre acusado de abusar sexualmente de una menor de 12 años en la localidad sevillana de Camas, según una sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press.

   Así, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial condena a Francisco Javier A.G. a dos años de prisión por un delito de abusos sexuales, imponiéndole además el pago de una indemnización de 3.000 euros a la menor por los daños morales causados.

   El tribunal considera probado que los hechos tuvieron lugar el 1 de febrero de 2012, cuando el imputado abordó en la calle a la menor, a la que conocía por vivir ésta en un piso que el acusado tenía alquilado a su familia.

   En el transcurso de la conversación, el acusado le dijo a la menor que estaba muy guapa y le preguntó si podía tocarle la camiseta que llevaba, tras lo que le tocó los pechos primero por encima de la ropa y después por debajo, por lo que la menor, asustada, se marchó apresuradamente del lugar en dirección a la biblioteca a la que se dirigía cuando se encontró con el imputado.

   Pasadas unas semanas de los hechos, la menor, que tardó en narrar los hechos "por la vergüenza, temor y malestar que le causó", contó lo sucedido a una compañera de clase y luego a una profesora y a la tutora de ambas, quienes pusieron los hechos en conocimiento de los padres de la víctima, tras lo que, al día siguiente, se interpuso la denuncia que ha dado origen al caso.

   El tribunal considera probados los hechos basándose fundamentalmente en el testimonio la víctima, que fue "preciso, espontáneo y detallado" respecto a la forma de acaecer los hechos, a lo que se suma que sus declaraciones "han sido coherentes y persistentes desde el inicio de las actuaciones, y mantenidas sin contradicciones ni ambigüedades".

   A ello se suma que "no se evidencian móviles espurios ni en la menor ni en la madre, que interpuso la denuncia", ya que ambas "no tenían malas relaciones previas con el acusado, que era su casero y al que la menor veía como una figura amigable, siempre muy atento con ellas y por lo demás amigo incluso de su padre".

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