Semana de Andalucía. Acto de entrega de banderas, hoy, en la UJA. La visita institucional, el viernes, de la jefa y lideresa, Susana Díaz, cabría interpretarse como un claro reforzamiento de la figura de la delegada del Gobierno, Purificación Gálvez. Lleva tanto tiempo sonando su marcha, de regreso a Sevilla, que, a estas alturas, después de confirmarse tantos nombramientos en las consejerías, da la impresión de que la delegada Gálvez pudiera permanecer, para disgusto de sus antagonistas internos, hasta el final de una legislatura que no será tan corta como pronosticaban algunos analistas la pasada semana. ¿Elecciones Andaluzas este mismo año? ¿Aprovechar el efecto vaporoso/glamuroso/regenerador de Susana antes de que lo contrarreste en parte el populismo del vocalista pop, malagueño/barcelonés, pijo/jornalero, Moreno Bonilla? Según el Barómetro de Invierno de 2014, que elabora el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (CADPEA) de la Universidad de Granada, si hoy se celebrasen elecciones al Parlamento de Andalucía, el PSOE sería el partido más votado. Los socialistas recibirían el 36,7% de los votos frente al 31,1% que conseguiría el PP. Los populares recortan 1,5 puntos al PSOE respecto del último EGOPA, del pasado verano. Por su parte, IU, UPyD y PA recibirían el 15,5%, el 7,4% y el 3% de los apoyos, respectivamente.
He escuchado detenidamente el discurso de la presidenta de la Junta, en Ifeja, en el acto de clausura de una iniciativa periodística en torno al presente y el futuro de esta provincia, y concluyo que Díaz Pacheco no tiene a estas alturas quien le escriba sobre lo que realmente ocurre en Jaén. Su confianza –a todas luces, ciega- en que Jaén salga de la crisis, emerja, “como una de las provincias con mayor proyección de Andalucía”, se basa en las infraestructuras y los servicios que están en camino –pero que todavía no tenemos- y nos permitirán, entre todos (???), dar el salto cualitativo que merecemos –en fecha aún por determinar-. ¿Me lo explica? No hubo turno de preguntas. Mero brindis a la luna, por lo tanto, en noche de viernes de preparativos de máscaras y disfraces, con presencia casi plena del grupo parlamentario socialista por Jaén –de Concha a Mar, de Vallejo a Ávila, de Micaela a Sicilia, todos menos Zarrías-. Ideas generales, eso sí, acerca de una pretendida recuperación económica de la región a partir de la reorientación del modelo productivo hacia una sostenibilidad que genere empleo, es decir, la construcción sostenible, un decreto ley, anunciado esta semana, dotado de un fondo europeo de 200 millones de euros, con destino al parque de viviendas en pos de la eficiencia energética a través de la instalación de placas solares y cambios de cubiertas y ventanas. Dicho esto, se hizo varias fotos con los fans y se marchó por donde había venido.
Un pis pas, vamos. Como el que trajo, y se llevó, a Juan Manuel Moreno Bonilla. En su fulgurante tour por las ocho provincias andaluzas, el nominado líder del PP-A cubrió el expediente de Jaén con más risas impostadas que otra cosa. Pese al influjo de Arenas, él a quien se debe, de veras, es a Soraya Sáenz de Santamaría y Jorge Moragas, determinantes en la elección de Rajoy. Además, como quiera que Cádiz y Málaga siempre respaldaron una salida que no pasara por el dúo José Luis Sanz/José Enrique Fernández de Moya, fuentes solventes señalan que la candidata mejor colocada de cara a la secretaría general sería la actual delegada del Gobierno en Andalucía, la almeriense Carmen Crespo, sustituyéndola en el cargo institucional el actual presidente del PP gaditano, Antonio Sanz. Esa solución, no obstante, dejaría despechada a Sevilla, donde se barajan otros nombres de mujer como potenciales ‘número dos’ de Moreno Bonilla. Anoten, al menos, dos de la hornada generacional del presidente entrante: la sevillana Patricia del Pozo Fernández –secretaria de la mesa del Parlamento y ojito derecho de Javier Arenas- y la almeriense Arancha Martín Moya –al igual que el nuevo jefe, ella sabe lo que es presidir las NNGG-A-. Las hispalenses Carolina González Vigo y Alicia Martínez Martín, así como la onubense Lola López Camino, también suenan, pero menos. El caso es que José Enrique debiera recibir en el cónclave del próximo fin de semana alguna dádiva orgánica que pueda compatibilizar con la alcaldía, y esperar, en todo caso, a la cercana remodelación del Gobierno de España, como consecuencia de las Elecciones Europeas (¿Cañete? ¿Gallardón? ¿Arenas? ¿Esperanza?), para ver si, parafraseando a José Mota, queda hueco apetecible que justifique la renuncia. Tú ábreme hueco que… ya iré yo. O dame hueco, que habiendo hueco hay alegría.