Los ocho vecinos desalojados ayer en Aroche por un corrimiento de tierras provocado por las intensas lluvias caídas han podido volver a sus casas esta noche, una vez que los técnicos municipales han comprobado que no hay daños en los cimientos.
Pasadas las diez de la noche, los vecinos han podido regresar a sus casas después de que durante todo el día operarios municipales hayan trabajado para asegurar la zona siniestrada y confirmar que no había peligro para los moradores de estas casas.
Las cuatro casas, situadas en la calle Tropiezo del Medio, no corren riesgo, según ha manifestado a Efe el alcalde de Aroche, Antonio Muñiz, quien ha explicado que la pared cedió ayer por las intensas lluvias caídas en la localidad, de más de 50 litros por metro cuadrado en menos de 15 minutos.
El regidor ha indicado que la causa del siniestro ha sido la gran cantidad de agua que ha tenido que soportar el sistema de saneamiento de la calle, que ha provocado que reventaran las tuberías subterráneas, lo que provocó que el terreno cediera y se derrumbara el muro.
Muñiz ha dicho que es muy complicado prever este tipo de situaciones climáticas, aunque desde hace varios años el Ayuntamiento viene trabajando en la modernización del sistema de alcantarillado del municipio, si bien todavía no se había llegado a la zona donde se produjo el siniestro porque desde el Consistorio se entendía que era la menos problemática.
Según el alcalde, en Aroche las lluvias han provocado daños en enseres públicos por valor de unos 200.000 euros.
El Ayuntamiento puso ayer en marcha un dispositivo de emergencia para solucionar, sobre todo, la situación de los desalojados afectados por el corrimiento de tierra de unos diez metros de muro que sirve de sostenimiento al relleno de la calle.
Josefa Rodríguez, vecina de la calle Tropiezo del Medio, ha explicado a Efe que ayer sintieron "mucho miedo, porque en muy poco tiempo cayó mucha agua y, cuando se cayó el altozano, se llevó coches y todo".
Afortunadamente, el muro se derrumbó sobre la propia calle y no afectó a viviendas ni personas, y los vecinos pudieron salir por sus propios pies y quedaron realojados en casas de familiares.
Los vecinos de Aroche han trabajado hoy para volver a la normalidad, limpiando los restos de barro en las calles afectadas, que no fueron todas porque, al estar el pueblo construido en una colina, muchas de las del casco antiguo no sufrieron daños ni acumulación de agua.