El tiempo en: Punta Umbría

Jerez

Jesús Carmona juega con conceptos opuestos en su ‘Cuna negra & blanca’

El bailaor catalán, Premio Desplante de La Unión, transita entre el vacío “para seguir adelante” y la plenitud vital “para sentirse en paz”. El cante de la jerezana Melchora Ortega, en ‘Los conciertos de Palacio’

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai

Jesús Carmona ha buscado la difícil relación entre los opuestos y la ha encontrado en su espectáculo ‘Cuna negra & blanca’, que mañana martes día 5 de marzo presenta en la Sala Compañía y en el marco del XVII Festival de Jerez. El bailaor catalán, último Premio Desplante de La Unión, transita entre el vacío “para seguir adelante” y la plenitud vital “para sentirse en paz” en este montaje sin hilo argumental.
La actuación de la cantaora jerezana Melchora Ortega sin amplificación acústica en ‘Los conciertos de Palacio’, que se desarrollan en el Palacio de Villavicencio, completa la oferta de la muestra que, aunque centrada en el baile flamenco y español, incluye otras disciplinas artísticas relacionadas con este arte singular.
  La difícil relación entre los opuestos parte de la observación de la propia vida que, según Jesús Carmona, es “la coexistencia de dos pilares: el vacío y la plenitud”. Esta reflexión se traslada a ‘Cuna negra & blanca’, su segundo espectáculo, como “el reto de sentir a través del baile flamenco, dejarse llevar por los sueños, por la ilusión y las ganas de luchar”. El bailaor catalán echa mano de los colores para hacer coincidir los sentimientos: el negro lo relaciona con el vacío y el blanco, con la plenitud.
La primera parte de su propuesta parte de lo negro, del vacío, ese pozo interno que afronta el ser humano “cuando las cosas se ponen difíciles”. Para ello, Jesús Carmona recurre al baile por trilla, fandangos, farruca y soleá. La segunda parte, en cambio, exhibe la otra cara de la moneda: el blanco de la plenitud. Aquí se desenvuelve por nana, sevillana, garrotín y deja para el final el romance.
Abundan en esta ‘Cuna negra & blanca’ los pasos a dos entre Jesús Carmona y los bailaores que le acompañan: Lucía Campillo, del Ballet Nacional de España, y Esther Esteban. Sólo en el número final aparecen los tres sobre el escenario. Y Carmona se desenvuelve en solitario tanto en la farruca de la primera parte como en el garrotín de la segunda.
El elenco artístico lo completa Jesús Corbacho, Jose y Maka Ibáñez (los hermanos Makarines), al cante; Óscar Lago, a la guitarra; Thomas Potiron, violín; y Kike Terrón, a la percusión. La música es obra de Paco Cruz, Daniel Jurado y José Ibáñez.

Lucha hacia la plenitud

En ese transito entre las dificultades y la alegría saca Jesús Carmona algunas conclusiones positivas. A su juicio, el vacío “hace que luches por lo que verdaderamente quieres”. Sólo no cejando en el empeño, se alcanza la plenitud. Esto es, la felicidad, puesto que “te sientes rodeado de lo que quieres y sientes paz”.
‘Cuna negra & blanca’ no tiene hilo argumental, su hilo “está en los sentimientos”. Y éstos se expresan a través del baile, el cante y la música. En definitiva, a través del flamenco. El segundo espectáculo de Jesús Carmona nos retrotrae a la filosofía asiática del yin y el yang, aquí convertido en un juego de opuestos con otra nomenclatura: vacío-plenitud; negro-blanco. Se llame como se llame, ésta es “la verdad” del bailaor catalán. Dos sentimientos encontrados con el objetivo de llegar al público.
‘Cuna negra & blanca’ es el segundo montaje de Jesús Carmona tras ‘El silencio de la luna’, que viera la luz en 2006. Nacido en Barcelona y licenciado en Danza Española y Flamenco, ha enriquecido su formación con distintos maestros.
Como profesional, ha trabajado en las compañías de Antonio Canales, El Güito, Nuevo Ballet Español, Carmen Cortés, La Truco o Rafael Amargo. En 2006 entra a formar parte del Ballet Nacional de España, del que llega a ser primer bailarín. El Premio Desplante, conseguido en la última edición del Festival de La Unión, ha sido un espaldarazo más a su brillante carrera.
“Me encanta trabajar sin micrófono y no preocuparme, moverme sin ningún tipo de ataduras”, declaró Melchora Ortega ante los medios de comunicación. El concierto sin amplificación acústica de la cantaora jerezana en Palacio de Villavicencio, dentro del ciclo ‘Los conciertos de Palacio’, es otro de los atractivos de la oferta de espectáculos del XVII Festival de Jerez para mañana día 5 de marzo.
Será un concierto “de cante tradicional. Con letras nuevas y estilos nuevos, pero en mi línea”, añadió Melchora Ortega. Y su línea no es otra que la del cante que distingue a la tierra que la vio nacer. Acompañada por Juani de la Isla, a la guitarra, y las palmas de Diego Montoya y Manuel Cantarote, sonarán tonás, soleá, seguiriya, fandangos y bulerías en la voz llena de jondura y matices de Melchora Ortega.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN