Más ruido que otra cosa. A raíz de la denuncia de la SGAE contra un gimnasio de Cádiz en abril de 2010 por poner música en su establecimiento, el pequeño comercio gaditano prefiere no hacer uso de la misma, no vaya a se que además de clientes, atraiga a inspectores de la Sociedad General de Autores y Editores y la situación actual no está para gastos extra.
En Navidad, VIVA CÁDIZ sacó a la luz que los comerciantes se pensaban mucho poner villancicos por miedo a la SGAE. ¿Pero cuánto hay de verdad en ello?
Pasado un mes de dicha publicación, este periódico se ha puesto en contacto con varios despachos de agobados especializados en Derecho Mercantil de Cádiz capital, y lo cierto es que ese temor no se corresponde con el volumen real de las denuncias interpuestas.
Luis Ávila, uno de los juristas consultados, asegura que el índice de denuncias no es tan amplio como el bombo que se le ha dado a la SGAE. “En Cádiz es más el miedo que otra cosa. Nosotros no hemos tenido ningún asunto relacionado con esta Sociedad y el pequeño comercio y tenemos más de 300 clientes en la provincia”.
Este medio también se puso en contacto con la SGAE para conocer su valoración. Fuentes de la sociedad confirmaron los datos, asegurando que desde hace bastante tiempo no constan incidencias, ni con los comercios ni establecimientos gaditanos. En este sentido, aseguran que la entidad ha adoptado en esta nueva etapa una política de “acercamiento a los usuarios y clientes” de las obras de sus asociados, “y comprende la apretada situación económica provocada por la crisis que afecta a todos los niveles".
