Fue la de un niño normal de una familia de siete hermanos. Nací en La Bajadilla junto a la iglesia. Y debido a las carencias existentes por los años cincuenta, nos desplazamos a la barriada del Hotel Garrido. Posteriormente mientras daban las casas de La Piñera, tuvimos que vivir seis meses en la antigua cárcel de la calle Alfonso XI (Convento).
¿Estudió?
Fui al colegio particular de don Julio en la calle Navarra. Posteriormente al Alfonso XI y tuve la suerte de tener como profesor a don Manuel Periquito. Me da muchísima alegría verle por la calle
¿A qué se dedicaba su padre?
Fue guardia civil y estuvo destinado en El Tiraero con tu padre. Después entró en Consumo del Ayuntamiento de Algeciras, controlando las mercancías que entraban en la ciudad. Y debido a su buena caligrafía, lo llevaron al Ayuntamiento y ahí se jubiló.
¿Cuándo ingresó en Policía Local?
En el año 1977 cuando montamos el chiringuito en Getares, mi padre que en paz descanse, me dijo que habían salido doce plazas de municipales. Pero ver a aquellos guardias mayores con el medio huevo en la cabeza, regulando el tráfico en los monolitos que ponían en los cruces y con esas gabardinas, era chocante para mí pero me fui acostumbrando.
Le tocó la época en la que en fechas navideñas, los repartidores dejaban junto al monolito del guardia, cajas de cervezas, refrescos…
Jajaja. Claro, pero cuando ingresé y entró la democracia, participé en el primer comité de empresa del Ayuntamiento. Y expuse que me parecía penoso que por una botella, caja de cervezas o por un aguinaldo que te daban cuatro señores, no podíamos tener hipotecado durante todo el año nuestra misión, al tenerles que estar agradecidos.
Le felicito porque eran y son situaciones que dañan al Cuerpo, ya que se solía decir “eres más falso y te vendes más que la chaqueta de un guardia”.
No se podía aceptar eso que no era ni una limosna, era un incentivo mínimo, También era vejatorio que por cada multa que pusiéramos nos dieran un céntimo. Eso lo utilizaban unos compañeros para ganar diez pesetas y había veces que se multaba por multar. No era una forma lógica porque la policía tiene que ser justa en todo momento.
¿Cuántos años lleva de servicio?
En septiembre de 2009 haré treinta y dos años de servicio. El expediente lo tengo totalmente limpio. Y este año pasado me dieron la Medalla al Trabajo y la Constancia al Servicio. Me siento muy satisfecho el llevar la justicia a gala.
¿Tiene algún deseo que aún no se haya cumplido?
No tengo un clavito sino una puñalada en el corazón, ya que sería la persona más feliz del mundo por ser rey mago en las cabalgatas de mi pueblo. Desde hace quince años para acá esa es la ilusión de mi vida y lo he intentado a través de las asociaciones, pero aún no lo he conseguido.
La modernización de Policía Local desde su ingreso hasta nuestros días es abismal.
El cambio ha sido brutal. Aquí antes entraban policías nuevos y teníamos que ir enseñándole nosotros lo que buenamente sabíamos a través de lo que habíamos aprendido en la calle. Pero hoy existe la Escuela de Seguridad Pública Andaluza. Y por allí pasan todas las promociones tanto de policías como de mandos. También hay centros homologados para policías, como es el caso del de Los Barrios.
Mucha incertidumbre al ser requerido para realizar determinados servicios.
Cuando vas a realizar un servicio no sabes lo que te vas a encontrar. Por lo tanto anécdotas tengo doscientas mil. Las personas que requieren nuestros servicios, es para que le solucionemos cualquier asunto. Por lo tanto debemos saber de todo. En cierta ocasión llamaron diciendo que en la avenida Virgen del Carmen se habían quedado encerrados en un ascensor. Y cuando llegamos, nos encontramos una pelea con navajas.
Es subinspector y ejerce entre los policías de base y la clase de mandos, ¿es buen torero?
Hay que ser buen torero. Pero debo comprender que he venido de la base. Por lo tanto he sido policía, oficial y ahora me encuentro en la situación que soy subinspector. Muchas veces comprendes a ellos, pero mi función dentro de la Policía ha cambiado.
¿Se le han subido los galones?
Después de tantos años perteneciendo al Cuerpo, tengo poquísimos enemigos, hasta el punto que me sobran la mayoría de los dedos de una mano. Y en la vida social en la ciudad me conocen muchísimas personas de los diferentes estatus y capas sociales.
Por su profesión debe conocer todos los rincones y ‘boquetes’ que hay en Algeciras.
Conozco más boquetes de esos. Pero gracias a Dios me puedo mover por cualquier zona de Algeciras con la cara bien levantada, porque hasta la fecha jamás ni de uniforme o de paisano he tenido la sensación de ser mal recibido en sitio alguno. Todo el mundo me demuestra cariño y respeto que es lo más importante.
En la Policía Local de Algeciras no todo es de color de rosa, porque existen problemas internos, ya que recientemente salió a la luz delicados asuntos sobre los armeros, las armas, así como reivindicaciones diversas.
La Jefatura estuvo una época pintada de color rosa, pero aquí no es todo de color de rosa, ya que tenemos necesidades internas. Pero son cuestiones en las que tú no puedes intervenir, porque son cosas que están los sindicatos por medio. También estamos preocupados de la situación en que se encuentra la Jefatura.
¿Cuál es el consejo que le da a los jóvenes policías?, porque algunos por su inexperiencia y edad, se creen que las calles son suyas, lo mismo que Fraga cuando era ministro de la Gobernación.
Que sean educados, correctos, honrados y muy profesionales en el trabajo que desempeñan en la calle. Porque el policía incorrecto y mal hablado no es de mi agrado. Aquí hay gente que han mamado diferentes leches. Y muchas veces no sabemos la calidad de la leche que han mamado.
¿Qué tal la relación con el resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado?
Hemos pasado por diferentes etapas, no sé si porque los mandos superiores no se llevaban bien. Actualmente las relaciones son fluidas, correctas y de total colaboración entre Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local. En estos días hemos estado haciendo controles conjuntos con Policía Nacional. Esta situación debe continuar, porque entre los cuerpos no debe haber enfrentamiento por el bien de la población.