El Levante ahogó con su fútbol directo al Deportivo, al que se le acumularon las desgracias en el estadio de Riazor (0-2), y escaló posiciones en la zona europea de la tabla clasificatoria, en la que el conjunto gallego continúa en puestos de descenso con diez puntos en doce jornadas.
La velocidad del nigeriano Obafemi Martins desatascó, a cinco minutos para el descanso, un partido en el que el Deportivo perdió por lesión a sus dos centrales titulares, falló un penalti que dejó con diez al Levante en la segunda mitad y tuvo que recurrir a un centrocampista como portero en los últimos 30 minutos por la expulsión de Dani Aranzubia.
La cadena humana que formó la afición deportivista antes del partido no protegió a su equipo del infortunio, que se cebó con los jugadores de José Luis Oltra prácticamente desde el inicio del partido.
Primero, a los cuatro minutos, cayó Marchena, que se había perdido el anterior encuentro por una sobrecarga en los isquiotibiales, y después fue Zé Castro, que estaba jugando con el gemelo vendado y no pudo soportar el dolor.
El técnico del Deportivo, José Luis Oltra, que solo tenía a un central en el banquillo, Aythami Artiles, tuvo que dar entrada al internacional colombiano Abel Aguilar, que salía de una lesión muscular, y recomponer la zaga con Álex Bergantiños como improvisado defensa.
A pesar de las urgencias en la zaga, el Levante apenas inquietó hasta el ecuador del primer periodo a Dani Aranzubia, que se vio comprometido por primera vez en un desmarque de Martins al límite del fuera de juego a los 18 minutos, pero la defensa se recompuso a tiempo y evitó el peligro.
Hasta ese momento, el Deportivo, descentrado por las lesiones y frenado por el muro del Levante, tampoco había probado a Gustavo Munúa, su exportero, aunque sí se asomó por el área del conjunto valenciano con una falta que ejecutó Bruno Gama y que cogió por sorpresa a Riki, que no supo definir ante el meta uruguayo, y con otro centro del luso que Abel Aguilar cabeceó fuera.
Un roce del colombiano con Juanlu calentó el partido a la media hora de juego y Pérez Lasa, que tenía todos los ojos puestos en él después de la polémica que había generado el encuentro entre el Levante y el Real Madrid, enfadó a los deportivistas con una amarilla a Aranzubia y otra a Marchena, que estaba en el banquillo.
El Levante tenía claro su plan en Riazor, el habitual, buscar la espalda del rival y encontrar al nigeriano Obafemi Martins, y así se adelantó al Deportivo, con un pase en largo que surgió de las botas de Munúa, fue peinado por uno de los centrocampistas del equipo, superó a la retaguardia blanquiazul, y Martins resolvió con calidad en el mano a mano con Aranzubia. Sencillo y eficaz.
El fútbol directo del Levante fue suficiente para que los de Juan Ignacio Martínez se fueran con ventaja al descanso y para que derrotaran al Deportivo a pesar de que el partido se les complicó a los ocho minutos de la segunda mitad con la expulsión de Pedro López, que vio la segunda amarilla por una mano en el área.
Podía haber cambiado entonces el rumbo del encuentro, pero Riki, desde los once metros, disparó a las nubes, minutos después estrelló el balón en el cuerpo de Munúa tras un magistral pase de Valerón, y las fuerzas se igualaron a falta de media hora para el final con la expulsión por doble amarilla de Aranzubia, al que suplió Álex Bergantiños bajo palos porque Oltra ya había hecho los tres cambios.
El Deportivo tuvo el empate en las botas de Ayoze y de Riki, pero Munúa salvó a su equipo con la ayuda de Ballesteros y los valencianos sentenciaron con un disparo de Barkero desde la frontal cuando el partido se acercaba ya al final.