El Real Madrid goleó 5-1 a un Athletic Club de Bilbao endeble en defensa, en el mejor partido de Luka Modric como madridista, compartiendo protagonismo con un brillante Karim Benzema, en una noche en la que el Santiago Bernabéu no se posicionó ante los lamentos de Cristiano Ronaldo.
Hace años que el Athletic Club de Bilbao no da guerra en el Santiago Bernabéu. En esta ocasión acuciado por las bajas, sin su 'cerebro' Ander Herrera, todo le fue en contra. Con el viento soplando en su rostro, Marcelo Bielsa optó por la valentía. Salió valiente e incomodó doce minutos al Real Madrid. Hacerlo todo el partido eran palabras mayores.
Porque el conjunto madridista está sin licencia para fallar. Exprimido al máximo en su persecución al Barça, pagando el peaje de un irregular inicio de temporada. Tras el susto de Levante debía sacar a relucir la contundencia. Lo hizo amparado en el regreso de Benzema y con Modric explotando su mejor versión vestido de blanco.
Lo que debía ser un referéndum sobre Cristiano, tras una nueva queja de falta de cariño de un portugués que comenzaba triste la temporada y cuyo entorno comienza a filtrar una posible salida a final de temporada, fue una noche de silencio en torno a su figura. El madridismo ya le ha demostrado que le quiere. La sombra de los millones aparecen de trasfondo y a la afición del Bernabéu no le gustó nunca los que buscan renovaciones millonarias con aspectos que salen del terreno de juego.
Cristiano jugó, con la misma valentía que lo hizo en el Ciutat de Valencia tras ver como su ceja se abría ante el codazo de David Navarro y el desacierto de cuando juega acelerado por marcar tras un doblete de Leo Messi. La primera que tuvo le vino a la cabeza. No lo dudó. Se lanzó por el balón y justo el choque con el defensa se lo llevó en el rostro. En entrega y profesionalidad nadie puede reprocharle nada.
La octava derrota consecutiva del Athletic en el 'coliseo de la Castellana' llegó en un duelo roto por su endeblez defensiva. Faltó contundencia y sobraron espacios. Los disfrutó un inspirado Benzema, como pez en el agua en su regreso. Un balón en largo de Modric lo controló el francés en carrera y en una milésima de segundo picó el balón ayudado con el intento de despeje de Aurtenetxe, para superar por arriba a Iraizoz.
Modric comenzó a aparecer por cualquier rincón del terreno de juego. Más fino. Brillante en el pase. Acoplado al sistema de José Mourinho en el primer día que funcionó a la perfección un centro del campo sin una figura destructiva. Sin Essien ni Khedira. Con Xabi Alonso y Mesut Özil.
El Real Madrid desató su fútbol más vertical. Iraizoz comenzó a sudar. Su primera parada a Cristiano. Ayudado por su defensa para evitar el gol de Callejón. Seguro ante los disparos lejanos de Ronaldo. Brillante de reflejos ante el primer testarazo de Sergio Ramos, pero batido de antemano ante el segundo. La falta lateral de Özil perfecta a la cabeza del defensa andaluz, que en plancha marcó el segundo.
Sufría el Athletic un vendaval de ocasiones. Superado en todos los aspectos. Sin saber frenar el fútbol madridista cuando llegó el gol de la noche. Recibió un balón de espalda al arco pero sabiendo donde se encontraba la portería. Se giró hacia su perfil derecho y en un escorzo sacó un zurdazo ajustado al palo.
Era su segundo gol en Liga pero el francés demostró que aporta mucho más que tantos al fútbol del Real Madrid. El único error defensivo del equipo de Mourinho lo aprovechó Ibai para marcar el tanto de la honra. Iraola rompió por la derecha y el pase atrás lo ajustó al palo con su disparo el centrocampista.
El duelo parecía sentenciado por la superioridad mostrada por el Real Madrid pero en la reanudación se pudo meter el Athletic en el partido. El árbitro no vio una mano de Coentrao dentro de su área a los 54 minutos. Solo dos después Benzema regalaba un gol a Özil que marcaba a placer culminando un contragolpe.
Marcaban todos y Cristiano seguía en su lucha contra sí mismo. Lo intentaba con la cabeza. Fuera. Con zurdazos potentes que rechazaba Gorka. Disparos que no encontraban puerta. La afición del Bernabéu valoró su entrega y por fin le dedicó su cántico. No hubo el baño de masas esperado.
Modric seguía divirtiéndose. Dos bicicletas y zurdazo para que Iraizoz, el mejor del Athletic, luciese reflejos. También regresaba con gol Sami Khedira. En jugada de Arbeloa, con un disparo seco abajo que no atrapó el portero vasco. Una nueva goleada al conjunto rojiblanco en el Bernabeú en un duelo clásico del fútbol español. Los de Bielsa son el equipo más goleado de Primera con 26 tantos. Su reconstrucción debe comenzar desde la defensa.