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El Puerto

“Una experiencia muy bonita, con un final feliz”

En la madrugada del domingo al lunes, tres agentes ayudaron a una parturienta que se puso de parto en plena calle

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  • De izq. a derecha, Carlos, José Luis y Sebastián -

Domingo de madrugada. 1.00 horas. Tres agentes vestidos de paisanos, pertenecientes a El Puerto de Santa María, patrullaban por la zona de Casines, en Puerto Real, y estaban interviniendo en una pequeña discusión en la calle cuando, de pronto, surgió lo inesperado. “Estábamos pendientes de la disputa y al lado había una pareja joven sentada, cuando nos viene la pareja de la mujer y nos pide que si le podemos hacer el favor de acercar a su mujer al hospital, que estaba a punto de dar a luz”, cuenta uno de los agentes protagonistas de la historia, Sebastián, que junto con sus otros dos compañeros, Carlos y José Luis, intervinieron en el suceso.

Sin embargo, cuando los agentes fueron a auxiliar a la madre, ésta ni siquiera se podía mover del sitio, por lo que los tres agentes de paisanos, más algunos compañeros uniformados que se encontraban en la zona, tomaron en peso a la mujer y la introdujeron en el coche sin distintivos. “A la mujer la pusimos en el asiento del copiloto, porque era el más espacioso, y la pareja le fue sosteniendo la mano todo el trayecto para tranquilizarla. Delante, iba abriendo paso el coche patrulla de la Policía Nacional”, cuentan.

Un trayecto de apenas un par de kilómetros en el que, confiesa el agente policial, no sabía muy bien qué hacer. “Nunca antes me había pasado una cosa así y creo que a mi compañero tampoco, y no sabíamos si parar o si ir más rápido”, comenta Sebastián. No obstante, puntualiza, que el ir más rápido no era una opción, ya que aquel día había estado lloviendo y podía peligrar la seguridad de todos los ocupantes del vehículo. Así, que optaron por otra alternativa. “Durante todo el trayecto, le íbamos explicando a la mujer por dónde íbamos porque ella estaba aguantando e incluso decía que sentía la cabeza del niño”, relata Sebastián.

Efectivamente, pasaron apenas dos minutos de la llegada al Hospital Universitario de Puerto Real, cuando los agentes escucharon los primeros gemidos del recién nacido. “Recuerdo que estaba copiando los datos de afiliación de la madre, cuando escuchamos que el niño ya había nacido”.

El pequeño, que lleva por nombre el mismo de su padre, Francisco, pesó alrededor de 3 kilos 400 gramos y está perfectamente, al igual que su madre. Tal y como destaca Sebastián, “una experiencia muy bonita que tuvo un final feliz”.

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