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España

Los secuestradores del niño en Barcelona ordenaron que lo trocearan

Los secuestradores del niño colombiano de 11 años en Barcelona, rescatado por los Mossos d'Esquadra, dejaron un documento manuscrito con 14 puntos sobre cómo actuar durante todo el proceso de reclusión, en el que ordenaban que había que trocear a la víctima si llegaba la policía

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  • El pequeño -

Los secuestradores del niño colombiano de 11 años en Barcelona, rescatado por los Mossos d'Esquadra, dejaron un documento manuscrito con 14 puntos sobre cómo actuar durante todo el proceso de reclusión, en el que ordenaban que había que trocear a la víctima si llegaba la policía.

   En rueda de prensa, el inspector jefe del Área de Personas, Jordi Domènech, ha explicado que el documento denominaba al niño 'el gato', a la madre 'la gata' y al padre 'el peluche'; entre otras frases podía leerse: "Si lo agarran hay que trocear al gato" y "Ante cualquier acción que pase, se trocea al gato, no se admite ni un fallo".

   Tenían todo pensado para el momento de la entrega del dinero, que se preveía para el día 29 de septiembre por la tarde --dos días después de la liberación--, ya que en el escrito se daban instrucciones de apuntar con una pistola al 'gato' y no a la 'gata'.

   El niño estuvo dos noches y tres días en un piso de Barcelona en manos de los secuestradores que reclamaban a su familia cinco millones de euros, y aunque no fue golpeado, "cada día le suministraban un ansiolítico dentro del zumo" para dormirle y le pincharon sedantes.

   Sí fue víctima de amenazas como que le cortarían la lengua si hablaba y llegaron a pasarle por teléfono a un supuesto policía que le aseguraba que si sus padres no pagaban le venderían a una organización dedicada a maltratar a niños.

TODO EMPEZÓ EN PRISIÓN

   La trama del secuestro se empezó a gestar cuando el padre del menor, colombiano y encarcelado por tráfico de drogas en Valencia, confraternizó en prisión con otro recluso por homicidio, a quien le explicó detalles de su vida y que su familia --su mujer y tres hijos-- necesitaba los papeles porque estaban en situación irregular.

   Este preso, el "cerebro del secuestro", ideó la manera de hacerse con un enorme botín a costa de su compañero: le aseguró que tenía un contacto con un policía corrupto en Barcelona que le iba a arreglar los papeles a su mujer, que vive con los niños en Sagunt.

   Finalmente, la madre, el niño y un primo quedaron con una mujer, que se hacía llamar señora Vives, en una gasolinera de la plaza Cerdà de Barcelona el 25 de septiembre.

   De allí se fueron la madre y el menor junto con la mujer que hacía anzuelo hasta un descampado del Baix Llobregat, donde irrumpieron cuatro hombres con la cara tapada con medias que metieron al niño en el maletero y le pincharon el pecho con un tranquilizante, pidiendo un rescate de cinco millones por una supuesta deuda del padre.

   La madre acudió a la comisaría de Les Corts de Mossos para denunciar los hechos, y desde un primer momento intervino la Unidad Central de Secuestros y un grupo de negociadores, que localizaron al niño en un piso y pidieron la orden de registro al Juzgado de Instrucción 5 de Barcelona.

   El Grupo Especial de Intervención (GEI) de Mossos irrumpió en la vivienda y encontró al niño "atado con bridas de manos y pies, en estado de somnolencia y muy dormido", ha indicado Domènech, que ha añadido que ha estado ingresado en observación una semana en el Hospital Sant Joan de Déu y ya ha regresado con su familia a Sagunt.

   La familia, de origen colombiano, lleva años en la Comunidad Valenciana, donde se dedica a la restauración, aunque el padre es un narcotraficante y sigue en prisión, ahora en Palma de Mallorca, mientras que el secuestrador está en una cárcel catalana.

   Han sido detenidas dos personas por el secuestro: la falsa señora Vives, que hizo de anzuelo y estaba en el piso cuando entró la policía, Marta C.V, española de 46 años, y uno de los implicados en el secuestro: Guillermo F.M., español de 36, aunque se busca al menos a tres secuestradores, todos españoles.

   Los investigadores creen que los autores de este secuestro no están altamente especializados como ocurre en otros países, ya que en España no se producen demasiados secuestros "porque no se pagan y porque el grado de resolución es muy alta".

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