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Las cuatro caras de la crisis

La mitad de los españoles vive la crisis como víctimas o, en el mejor de los casos, desde la resignación, frente al otro cincuenta por ciento de pasotas y snobs que piensan que no va con ellos e intentan mantener el mismo estilo de vida de antes, sin estrecheces, o cuanto menos aparentarlo.

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  • El 12% de los españoles esconde a sus amigos que atraviesa un mal momento.
La mitad de los españoles vive la crisis como víctimas o, en el mejor de los casos, desde la resignación, frente al otro cincuenta por ciento de pasotas y snobs que piensan que no va con ellos e intentan mantener el mismo estilo de vida de antes, sin estrecheces, o cuanto menos aparentarlo.

Esos cuatro perfiles, conformistas, snobs, pasotas y víctimas, conviven en un mismo escenario de crisis económica pero hacen frente a la situación de manera muy distinta, según un estudio de la agencia de comunicación global CP Proximity presentado ayer, y que hace especial hincapié en su comportamiento como consumidores.

Elaborado a partir de un extenso cuestionario al que respondió una muestra representativa de mil ciudadanos, el estudio concluye que el 12% de los españoles esconde a sus amigos que atraviesa un mal momento, el 15% no se avergüenza de confesar que ahora gasta lo mismo, o incluso más, que hace tres años y que sólo el 39% sale tanto como antes.

Para un 58% la experiencia, dura en muchos casos, les ha servido de escarmiento y reconocen que, cuando pase la crisis, sus hábitos consumistas no serán los mismos que cuando vivían sin apuros.

El 28% de los españoles responde al perfil de los conformistas, hombres y mujeres realistas, concienciados con la situación de crisis y que no niegan que les afecte. Por ello, son más precavidos al consumir, ahorran, aunque no tengan necesidad real de hacerlo, y no renuncian a pequeños placeres.

Van menos a restaurantes, o van a establecimientos más baratos, o de tapas en vez de a cenar, y para compensar, según destacó Juan Manuel Ramírez, director de estrategia de CP Proximity, se dan algún capricho y compran productos gourmet para consumir en casa.

Son, normalmente, gente de más edad, más mujeres que hombres, consumidores comprometidos con el medio ambiente y en el 81% de los casos convencidos de que ser optimista es clave para superar la crisis.

Los snobs, hijos de papá en muchos casos, son el 22%, personas que creen que los medios de comunicación exageran al contar la crisis. Ostentosos, materialistas y preocupados por las apariencias, si la crisis les afecta –que no lo reconocerán en público– piensan que es algo coyuntural, prometiéndose que, cuando escampe, volverán a consumir igual o más.

Este rostro de la crisis compra poco marcas blancas, pero cuando lo hace quita las etiquetas o esconde los productos para que nadie los vea. Entre los snobs hay más hombres que mujeres, muchos jóvenes de entre 16 y 24 años (28,1%) y maduros de entre 45 y 54 (19,4%), y más de un 30% no sabe o no contesta cuando se le pregunta cuánto gana.

Aunque la crisis les obliga a controlarse, los pasotas, el 28% de los españoles, tienen muy claro que la vida son dos días, que ya escampará y que, mientras tanto, lo mejor es disfrutar. Confiados y optimistas, son, sin embargo, el grupo más egoísta, más centrado en sí mismo, y sólo piensa en pasarlo bien, de ahí que salgan tanto como antes, si es que pueden, pues a esta categoría pertenecen muchos jóvenes mileuristas, según los autores del estudio.

El 58% de los pasotas confiesa estar harto de oír hablar de la crisis y el 56% se esfuerza por tener un buen aspecto físico todos los días. En un 52,3% son hombres, frente a un 47,7 de mujeres. El 23% tiene entre 25 y 34 años.

Los que sufren de lleno la crisis, los que se han quedado en paro o han visto disminuir sus ingresos, son el 21%, las víctimas de una situación que les afecta en su vida cotidiana.

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