El pleno del Senado ha dado luz verde este miércoles definitivamente a la reforma de la ley del solo sí es sí, siete meses después de aprobarse esta polémica iniciativa y tras la rebaja de un millar de condenas a agresores sexuales y la excarcelación de un centenar de ellos.
El PSOE, que ha impulsado la iniciativa a pesar del rechazo de Unidas de Podemos y de varios de sus socios de investidura, ha vuelto a contar con los votos del PP, cuyos parlamentarios, como hicieron en el Congreso, han aplaudido puestos en pie al anunciarse el resultado: 231 senadores han votado a favor, 19 en contra y 4 se han abstenido.
Las nuevas penas, que entrarán en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del Estado, rescatan las horquillas del anterior Código Penal para castigar con más años de cárcel las agresiones sexuales en las que haya violencia o intimidación.
La reforma solo podrá aplicarse a las agresiones que se cometan una vez entre en vigor y seguirá habiendo revisiones de condenas dictadas con anterioridad.
Según los últimos datos aportados por el Consejo General del Poder Judicial a mediados de abril, al aplicar la ley del solo sí es sí los tribunales han acordado 943 reducciones de penas de agresores sexuales, que han supuesto al menos 103 excarcelaciones.
GRIETAS EN EL BLOQUE DE INVESTIDURA Y EL MOVIMIENTO FEMINISTA
La reforma de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, uno de los proyectos estrella del Ministerio de Igualdad, ha dividido a la coalición de Gobierno y ha abierto grietas en el bloque de investidura y en el movimiento feminista.
El PSOE decidió presentar la iniciativa ante lo que denominó "efectos indeseados" de la norma y sostiene que no se ha tocado el consentimiento, pero Unidas Podemos, ERC y EH Bildu están convencidos de que supone un retroceso en los derechos de las mujeres.
En este contexto, el apoyo del PP ha sido clave para que se apruebe la iniciativa. "De nada, señor Sánchez, de nada, no hace falta que me de las gracias", le dijo irónicamente este martes el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, al presidente del Gobierno.
Vox, que rechaza de plano la ley, se ha ausentado de la votación, como ya hizo en el Congreso.
SE ELEVAN LAS PENAS PARA AGRESIONES CON VIOLENCIA O INTIMIDACIÓN
La reforma mantiene la agresión sexual como tipo único, pero se crea un subtipo agravado para subir las penas cuando haya violencia o intimidación o cuando la víctima tenga anulada su voluntad, y rescata varias de las horquillas previas del Código Penal, elevando las mínimas que han propiciado las rebajas de condenas.
En el caso de las violaciones, por ejemplo, la ley fijó una pena de 4 a 12 años y la reforma precisa que si se usó violencia o intimidación o la víctima tenía anulada su voluntad, el castigo será de entre 6 y 12 años.
La reforma recupera también las penas con las que se castigaban los delitos agravados contra la libertad sexual a menores de 16 años y corrige la ley de responsabilidad penal del menor, ya que con la ley del solo sí es sí, en algunos casos, los menores agresores sexuales recibían castigos más duros que los mayores de edad.
Subsana además un error de la ley de protección a la infancia frente a la violencia para dejar claro que el plazo de prescripción de los abusos sexuales a menores empieza a contar desde que la víctima cumple 35 años.
La reforma se centra en la parte penal de la ley, que por otra parte creó un amplio paraguas de protección a las víctimas, con centros de atención 24 horas, ayuda psicológica y asistencia jurídica gratuita, y apostó por la especialización de los operadores jurídicos y de todos los profesionales que las atienden.