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Málaga

Si no se reproduce el sapo de espuela estamos todos perdidos

Alertan de que la falta de precipitaciones interrumpe la reproducción de un tipo de anfibio amenazada

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  • El sapo es un biomarcador. -
  • De no tratarse de un fenómeno puntual, podría ser una alerta temprana de cambios globales en ecosistemas del Mediterráneo
  • El periodo de metamorfosis ha disminuido de 90 a 40 días-, como modo de adaptación a la reducción acelerada del nivel de agua

Investigadores de la Universidad de Málaga (UMA) han confirmado que la falta de precipitaciones interrumpe la reproducción de una especie amenazada de anfibio y han advertido de que, de no tratarse de un fenómeno puntual, podría ser una alerta temprana de cambios globales en ecosistemas del Mediterráneo.
Los anfibios se consideran bioindicadores ambientales dentro del grupo de los vertebrados, ya que adelantan cambios que podrían reproducirse en otras especies y grupos de fauna y tienen un papel clave en los ecosistemas
El estudio, llevado a cabo en la finca Cizaña, en Málaga, ha analizado una de las últimas poblaciones urbanas costeras del sapo de espuela, "Pelobates cultriples", en su periodo de reproducción durante el ciclo hidrológico 2021-2022, según ha informado este lunes la UMA en un comunicado.

Los expertos han realizado este seguimiento ante el acortamiento del periodo hidrológico, con la disminución de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas, y han publicado sus resultados en una revista científica del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.

Uno de los autores del artículo, el profesor de Zoología de la UMA David Romero, ha explicado que trabajos anteriores "ya mostraron que esta especie está en declive a nivel global" y también en la provincia de Málaga, con "extinciones locales que avanzan rápido".

Los nuevos hallazgos ponen en evidencia que en este tipo de sapo la metamorfosis -proceso por el cual una larva se desarrolla hasta adulto-, puede acelerarse -ha disminuido de 90 a 40 días-, como modo de adaptación a la reducción acelerada del nivel de agua detectado en el periodo estudiado. Asimismo, señala que, en muchos casos, ni siquiera llegaron a completarla, ante el evento extremo climático.

Los expertos confirman, por tanto, la interrupción de la reproducción de la especie en la población estudiada en Málaga y advierten de que, de no tratarse de un fenómeno puntual, podría ser una alerta temprana de cambios globales en ecosistemas del Mediterráneo.

"Los anfibios se consideran bioindicadores ambientales dentro del grupo de los vertebrados, ya que adelantan cambios que podrían reproducirse en otras especies y grupos de fauna", ha indicado Romero.

Asimismo, el científico ha destacado el papel clave en los ecosistemas que desempeñan los anfibios y ha citado como ejemplo su relación con los insectos, una línea de estudio en la que actualmente trabaja con el investigador Raúl Arroyo.

"Mientras que los mosquitos se adaptan y propagan en condiciones extremas, los anfibios, que se alimentan de estos, tienden a extinguirse", lo que podría conllevar a un aumento de las poblaciones de mosquitos, y de forma secundaria, de la facilidad de transmisión de enfermedades zoonóticas (entre animales y seres humanos), ha asegurado.

Romero ha insistido en la necesidad de continuar con la investigación y de mejorar el seguimiento de estas poblaciones aisladas de anfibios

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