Lucía Alarzón Peña nació el pasado martes y se encuentra “muy bien”, en perfecto estado. La pequeña, que pesó 3,6 kilogramos y midió 52 centímetros, ha venido al mundo por el “deseo” de Sonia Peña, que tenía unas “ganas terribles” de ser madre, pese a que todos los informes médicos la desaconsejaban quedarse embarazada.
“Era mayor el deseo de ser madre que el pensar el riesgo que corría realmente. Podía más ese deseo que otra cosa”, confiesa a Europa Press Sonia, una leonesa de 30 años residente en Burgos.
Administrativa de profesión, la joven fue trasplantada de los dos pulmones hace siete años, también en Valdecilla. LLegó al hospital cántabro en estado muy grave, terminal, debido a una fibrosis pulmonar idiopática.
Pero salió adelante “gracias” a la generosidad de un donante anónimo, que posibilitó el trasplante de los dos pulmones.
Al frente de la operación estuvo Felipe Zurbano, jefe de Neumología y coordinador de la Unidad de Trasplante Pulmonar de Valdecilla, quien se ha encargado ahora de programar y supervisar el embarazo de Sonia, adecuando la medicación que esta joven tiene que tomar desde que fue trasplantada.
No obstante, antes de “subirse al carro” –como el propio neumólogo se refiere al apoyo y ayuda que ha brindado a Sonia durante el periodo de gestación y embarazo–, Zurbano advirtió a la chica y a su marido, José Antonio Alarzón, de que tenían “muchas cosas en contra”. “La literatura médica indicaban que había muchas posibilidades de que hubiese complicaciones”, apunta.
El médico –que no oculta su “satisfacción” por lo “bien” que ha salido todo– considera que si bien “el riesgo existía”, el “resultado ha demostrado que igual estaba sobre dimensionado”.
“Es un riesgo que, a veces, uno tiene que asumir. Y Sonia ha querido asumir ese riesgo porque tenía unas ganas terribles de ser madre. Y ha salido todo estupendamente”, valora Zurbano.