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Sanlúcar

Roca Rey corta dos rabos y triunfa con Morante en Sanlúcar

La centenaria plaza de El Pino registró un lleno hasta la bandera en una tarde soleada y con un cartel de lujo como cierre de la Feria de la Manzanilla

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  • Roca Rey, en el segundo de la tarde. -

El diestro peruano Andrés Roca Rey cortó este domingo cuatro orejas y dos rabos en lo que fue una tarde muy rotunda en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), y donde también triunfó Morante de la Puebla, que desorejó al primer toro de un buen envío de Santiago Domecq.

Sanlúcar de siempre ha sido una tierra muy taurina en la que se respira este arte por los cuatro costados. Quedó demostrado una vez más al ver su centenaria plaza de El Pino llena hasta la bandera, con el "no hay biletes" en la taquilla, para ver un cartel de auténtico lujo con Morante, Roca Rey y Pablo Aguado.

Morante puso ya la miel en los labios al respetable con un precioso saludo a la verónica y un quite de igual guisa. 

El de Santi Domecq tuvo una extraordinaria nobleza y el sevillano construyó una faena muy templada y de bellísima factura por los dos pitones, aunque lo mejor fue una serie al natural a cámara lenta y el sabor de sus exquisitos remates. Faena importante rematada de una estocada que le granjeó las dos orejas.

El cuarto fue un toro deslucido con el que Morante hizo un loable esfuerzo pero sin que la faena llegara a alcanzar el vuelo deseado. Hubo destellos sueltos, pero a la faena, como al toro, le faltó mayor continuidad. Ovación con saludos para él tras fallar a espadas.

Después del triunfo de Morante en el que abrió plaza, La fiesta siguió con el primero de Roca Rey, que puso ya la plaza en pie con un ajustadísimo quite por chicuelinas con tafalleras. Luego el toro tuvo una gran clase y el peruano, tras uno inico por estatuarios, lo dominó, sobre todo, por el pitón derecho.

La emoción llegó al final, con el toreo en cercanías y con una aparatosa voltereta de la que se rehizo el torero sin mirarse para volver a la cara y arrimarse todavía más y hacer las delicias del respetable con cambios de manos, recortes, alardes por la espalda y unas bernadinas de infarto. Estoconazo hasta los gavilanes, dos orejas y rabo para Roca y vuelta al ruedo para el de Santi Domecq.

Otro rabo paseó Roca Rey del quinto, un toro con codicia y transmisión con el que el peruano volvió a montar un auténtico lío. Toreo de mucho mando por el pitón derecho, por donde gobernó la embestida por abajo y nueva algarabía cuando acortó distancias en otro fin de obra de alto voltaje. Con la espada volvió a ser un cañón y para él fueron los máximos trofeos. 

Pablo Aguado quedó inédito con el capote y, ya con la muleta, tampoco fue muy allá con un toro que renqueaba de los cuartos traseros y con el que se acopló de manera aislada en una faena mal rematada con los aceros. Saludó una ovación.

En el sexto sí salió a relucir la mejor versión de Aguado, al que cuajó con torería a la verónica y al que instrumentó una faena de muleta de mucho duende y sabor. Cadenciosos fueron los derechazos, hondos los naturales de uno en uno, exquisitos los remates -sobre todo un cambio de mano inmenso- y maravilloso el final por naturales de frente. Tenía el triunfo en la mano pero lo echó todo a perder con la espada.

FICHA DEL FESTEJO.- Seis toros de Santiago Domecq, aceptablemente presentados y, salvo tercero y cuarto, de buen juego, sobre todo el segundo, premiado con la vuelta al ruedo, y también el quinto. 

Morante de la Puebla (grosella y oro): estocada (dos orejas); media baja y tendida, y cuatro descabellos (ovación).

Roca Rey (aguamarina y oro): estocada fulminante (dos orejas y rabo); estocada (dos orejas y rabo).

Pablo Aguado (azul cobalto y oro): pinchazo, media baja, tres pinchazos más y dos descabellos (ovación tras aviso); pinchazo, estocada desprendida y tres descabellos (ovación tras aviso).

En cuadrillas, Antonio Chacón y Paco Algaba saludaron en el segundo, Javier Ambel en el quinto e Iván García en el sexto.

La plaza registró lleno de "no hay billetes" en una tarde soleada. 

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