El Ayuntamiento de Jerez promueve un proyecto encaminado a convertir al entorno del circuito de velocidad en un “referente mundial” de innovación en el mundo del motor, desarrollando un Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación (CIDIM) que precisaría de una inversión de 41 millones de euros.
La idea es que al menos el 60 por ciento de esa inversión se pueda financiar a través de los fondos Next Generation de la Unión Europea (UE), para lo que sería necesaria su inclusión en los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Perte).
El resto de la inversión tendría que ser asumida por las empresas que apostasen por sumarse a esta iniciativa, dándose por hecho que obtendrían un retorno del 23 por ciento del capital aportado.
La alcaldesa, Mamen Sánchez, se ha mostrado convencida de que este proyecto “es posible”, avanzando que el próximo 15 de diciembre será presentado en Madrid con el objetivo de captar “todo el dinero que sea necesario” para hacerlo realidad.
La iniciativa en sí contempla la construcción de un edificio singular, una segunda pista en el exterior del circuito y mejoras tanto en las instalaciones actuales como en la pista interior.
El edificio singular se ubicará dentro del circuito, entre las dos puertas principales de acceso, ocupando de este modo el aparcamiento interior. Allí tendrán cabida programas de emprendimiento, formación y empleo.
Se han programado cuatro líneas de I+D+i. La primera de ellas se dedicará a la producción de hidrógeno mediante electrolisis; la segunda producirá agua por sistemas de captación en la atmosfera; la tercera se ocupará del almacenamiento de baterías de litio; y la cuarta del desarrollo de centrales de biomasa y fotovoltaica.
El proyecto ha sido concebido con carácter pionero a nivel internacional, contemplando incluso la construcción de una planta de reciclaje de neumáticos con tecnología española que no sólo utilizará neumáticos procedentes del exterior sino que hará lo propio con aquellos que se generen en el circuito.
Mamen Sánchez entiende por tanto que se trata de un proyecto “de carácter estratégico por su gran capacidad de arrastre para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad de la economía”, resaltando además “su alto componente de colaboración público privada”.
El proyecto del CIDIM de Jerez tiene “un enfoque transversal y participativo” dado que se requiere de la implicación de diferentes administraciones y de los actores públicos y privados.
Se persigue el objetivo de atraer a Jerez a las grandes escuderías y empresas del motor, pero no para que miren a este centro como “un banco de pruebas o una pista para los test de sus vehículos”, sino también “como el lugar para imaginar y hacer realidad sus avances tecnológicos”.
En cualquier caso, la construcción de una segunda pista permitirá atender la demanda ya existente de alquiler que plantean las federaciones y empresas del sector y a la que actualmente no se puede responder.
La nueva pista, situada en el aparcamiento exterior del circuito, preservará un arroyo y una vía pecuaria, ya que en su ubicación no se podrán construir edificios estables. El resto del diseño de la nueva pista contempla un trazado y cuatro variantes del mismo. Tendrá una recta de 300 metros y un ancho de 15. Se construirán diez boxes junto a la pista y un edificio de cronometraje. El diseño ha sido realizado por el ingeniero Leopoldo Zambonino.
El proyecto incluye también una serie de actuaciones en la pista actual, contemplándose mejoras en materia de seguridad justificadas en el incremento de velocidad de las motocicletas. Además, se creará un trazado acotado para acoger pruebas de Fórmula E.
El trabajo ha sido elaborado por la consultora AkanzPartners y en su diseño han colaborado la arquitecta Ainhoa Araus y el ya referido Leopoldo Zambonino.